![«Hubiera estado en el Baskonia toda mi vida pero tenía a mi familia en Barcelona»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202212/03/media/sito-alonso-entrevista.jpg)
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Sito Alonso (Madrid, 1975) celebra hoy su 47 cumpleaños en Vitoria. Conocedor de todos sus rincones y acoplado al frío, solo guarda buenos recuerdos de su paso por la ciudad. «Hubiera estado toda mi vida pero mi familia estaba en Barcelona», resume sobre su salida ... con contrato en vigor. Despedido de la entidad culé a los siete meses tras caer en el Buesa, no tardó en encontrar refugio para su apasionado discurso. Sin límite de tiempo ni cortapisas, defiende sus ideas al frente de un UCAM que mira al play off.
– Cinco años ya de su salida del Baskonia. ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza?
– La experiencia fue espectacular. Tener la oportunidad de estar en un club 100% baloncestístico y esa experiencia en la Euroliga con el formato nuevo, jugar los play offs, la Copa de Vitoria, que tuvimos casi ganado al Madrid en semifinales… Todo el año fue fantástico y el juego fue super alegre. Me divertí muchísimo y solo pienso en positivo.
– Puede decir que superó el mes de noviembre.
– Sí, y Joan también lo ha superado. Le daré un abrazo (risas). La exigencia allí es máxima y me encanta vivir con ella. Tengo una relación bastante dura en el día a día con los jefes pero encantado de tenerla porque es la manera de hacer funcionar los equipos.
– ¿Le recuerda la llegada de Peñarroya un poco a la suya?
– Sí, la situación es algo parecida. También me recuerda por la manera de hacer las cosas, la valentía a la hora de jugar y por el carácter, muy echados para delante, de siempre pensar que nosotros y el equipo tenemos un nivel muy alto. Veo los partidos de Euroliga y siempre quiero que gane Baskonia y la verdad es que lo están haciendo muy bien y es una alegría verles.
– Evalúe la progresión de Sedekerskis.
– Le tengo un cariño especial. Creo que el club trabajó muy bien con él. Yo lo cogí con 18 años y el primer día tuvimos la lesión de Shengelia o Bargnani y ya jugó 20 minutos en Santiago. Metió 12 puntos, pero porque el sistema de juego requería eso de él. Luego le metimos por la lesión de Budinger y cumplió con el papel de defensor. Hay otros que solo pueden anotar o defender. Y en cuartos de final en Gran Canaria, salió de titular. Lo importante es dar la oportunidad de verdad y hacerle importante dentro del sistema de juego. Me sorprendió que luego no tuviera continuidad y tuviera que ir a otros sitios. Tiene la fortuna de ser Tadas y de poder hacer todas las cosas que necesita el entrenador.
– Fue de los que mejor rendimiento sacó de Diop. ¿Por eso lo fichó este verano?
– Creo que también hizo buenos papeles en muchos partidos con otros entrenadores. Era importante a nivel defensivo y de jugar por encima del aro. Me ganó poco a poco. Yo tenía una exigencia muy alta y no contaba mucho en él pero me hizo saber en una reunión que era capaz de hacer lo que yo le pedía. Y así fue. Con la permanente lesión de Bargnani, Diop y Voitgmann, que eran muy jóvenes, se convirtieron en vitales. Se dice que Voitgmann la pifió en aquella semifinal de Copa pero son cosas que tienen que pasar para que los jóvenes se formen como jugadores de élite. Tenía una confianza plena en él por la capacidad de pase y juego colectivo que ha demostrado y no tuvo fortuna en el último minuto y medio de ese partido pero también hubo otras cosas como un par de tiros de Beaubois o de Larkin que no entraron y el madrid nos remontó. Hubiera sido bonito jugar aquella final en casa ante el Valencia
– ¿En su círculo cercano cuenta que entrenó a Prigioni?
– Lo tuve. Le recuerdo como el que ya parecía que iba a ser el entrenador del Baskonia. No sabía cuando, pero entendía muy bien el estilo y me ayudó con su presencia. Igual que ahora tengo a Tomás Bellas. Son jugadores que entienden el baloncesto y él encima es conocedor del carácter Baskonia y lo enseñó. Hablé con él varias veces, tuve una comida con él y vi que tenía muy claro sus límites, por eso marcó una época. No me pilló por sorpresa su repentina retirada. Y como entrenador lo acabará haciendo también bien.
– Su sustituto, Laprovittola, no exhibió el nivel de uno de los mejores de la Liga que tiene ahora.
– Es un jugador especial, con un talento brillante, pero vino a mitad de temporada y con un rival difícil como base como Larkin. Nico lo hizo muy bien en Badalona siendo capitán general y ahora se ha adaptado muy bien con Saras en el 'dos'. Yo se lo digo siempre. En Baskonia no tuve la suerte o la capacidad de hacerle jugar tan bien como lo está haciendo ahora.
– Quedó la sensación de haber plantilla para más. ¿La comparte?
– Analizemos la plantilla. El primer año en Europa de Larkin, Rafa Luz como segundo base, Beaubois y Blazic, Hanga, que destacó por encima de todos y fue el mejor defensor de la Euroliga, Tadas, Tillie, Shengelia, un jugador pirámide pero que tuvo mala suerte con las lesiones aquel año, y a Bargnani como estrella, y Voitgmann y Diop de rookies. Fue un año de casis. Pero de eso a decir que era una super plantilla… Lo fue cuando jugó como jugó porque había que hacerla funcionar y tener la solución a no tener a tu estrella durante todo el año. Al año siguiente llegó Poirier al Baskonia. Me hubiera gustado que hubiera estado con nosotros ayudando. Cada temporada es diferente pero lo que sí tengo claro es que ese equipo compitió increíble y jugó de una manera espectacular. Estuvimos el 90% en play off de la Euroliga e íbamos quintos hasta el último momento, cuando cometimos un error, perdimos con el Zalgiris y nos apeó a la séptima posición para jugar con el CSKA, contra el que perdimos los tres partidos de dos puntos. Se podría decir que los tres injustamente. El equipo competía ante cualquier adversidad y me encantaba como competíamos.
– ¿Le hubiera gustado contar con un recambio para Bargnani?
– Nunca le pedí ningún jugador a Josean. Nunca. Me llevaba bien con Josean y en aquel momento vimos que Voitgmann y Diop podían ser nuestros referentes en el cinco. Arriesgamos y fuimos valientes.
– ¿Es Larkin el mejor jugador de su carrera?
– No, he entrenado a muchos muy buenos como Ricky. Los bases que he tenido también en Murcia son muy buenos. Pero Larkin es un jugador que te cambia el proyecto. Yo contaba con él en el Barcelona. Estaba fichado pero no se llevó a cabo y cambió radicalmente mi proyecto en Barcelona. Con Larkin y Heurtel… ¿Cómo lo ves?
– ¿Heurtel hubiera casado con él?
– Con Heurtel yo no tuve ninguna queja. Cuando eres especial pero tienes al lado a un jugador de tu mismo nivel o más, pues tienes que llevarte bien. Porque el baloncesto es el que manda. Pero al final fichamos a Phil Pressey, que a sus 29 años ya no juega al baloncesto. Cómo cambia la película. Yo si hubiera tenido a Larkin me hubiera dado absolutamente igual quién hubiera estado de pívot.
– ¿Quién da el primer paso para salir del Baskonia?
– Es una cosa que tiene que mantenerse en la privacidad (risas). Solo puedo decir que yo hubiera estado en el Baskonia toda mi vida pero tengo a mi familia en Barcelona. Creo que con esto resumo todo. Estuve encantado en Vitoria, pero mi hija y mi mujer estaban en Barcelona.
– Por momentos pareció en el alambre. ¿Sintió la confianza del club?
– 100%. Siempre me habló clarísimo después de cada partido y las reuniones que tuvimos durante el año. Encantado con todo y respeto por lo que estaba haciendo.
– Tuvo a Navarro en su último año. ¿Le condicionó?
– ¡Que me va a condicionar! Es como Prigioni. Son referencias que siempre te pueden ayudar. Me hubiera encantado entrenarle en sus mejores tiempos pero fue un orgullo para mí y aprendí cosas de él.
– ¿Fue anecdótico ser despedido tras perder en el Buesa o se le vino el mundo encima?
– Fue una situación especial. Teníamos problemas a nivel de lesiones y Pau Ribas se sintió indispuesto en el mismo vestuario. Jugamos con menos exteriores de los que tenía pensado y el partido fue realmente malo para nosotros (96-72). Quedaba una semana para la Copa y no íbamos sextos ni séptimos en liga, íbamos segundo o terceros aunque es verdad que en Euroliga no encauzábamos la situación. Me hubiera gustado estar en la Copa, que luego ganan con Pesic, pero el mismo lunes de la destitución recibí una grandísima oferta de un equipo de mucho nivel de la ACB y dije que no porque no estaba preparado para afrontar el proyecto y ser justo con ellos.
su murcia, fama de sucio
– Se define como super ambicioso. ¿Es más difícil serlo en clubes modestos como Murcia?
– La ambición siempre la tengo. Acepté la oferta porque quería saber lo que se sentía cuando se entrena a un equipo que iba último a falta de cinco meses para el final. La situación era horrible, el descenso estaba casi asegurado pero me apetecía coger el reto y ayudar al club. Lo sacamos adelante y de manera genial, jugando un gran baloncesto, con partidos de más de cien puntos y victorias de mérito contra el Barça o en Manresa, que Peñarroya llevó al play off. Y eso originó que renovara e intentar conseguir metas que nunca se habían alcanzado como la Copa del Rey del año pasado. Voy año a año porque quiero conseguir más cosas.
– ¿Qué pensaba en verano al escuchar que el UCAM Murcia es favorito para el play off?
– Me alegro que se piense porque yo pienso en llegar, pero decirlo en verano es no respetar a la ACB. Me alegro que hayamos cambiado la visión sobre el UCAM Murcia pero entre los de Euroliga, los canarios, Unicaja, Joventut… ¿a quién quitas? En la ACB, cada jornada es dificilísima, pero en este momento estoy a años luz de conseguir mi objetivo, quedar por encima de todos los que pueda.
– ¿Por qué se elogió a su GBC, Bilbao Basket, incluso Baskonia y a su UCAM Murcia le caen tantos palos?
– Es buena pregunta porque el año pasado haciendo un juego incluso mejor que a los equipos que dices se ha visto perjudicado por la imagen que tiene el UCAM de sucio. A mi me gusta que mis equipos jueguen fuera del límite en cuanto a intensidad y no creo que en los últimos años, con Frankamp o Taylor de bases, hayamos tenido la dureza que a mí me gusta sobre la cancha. Es más, creo que en este momento, somos un equipo más bien blando. Pero tenemos esa etiqueta. Ya me gustaría ser los más duros de la liga.
– Aclare eso de «jugar fuera del límite».
– No dar ningún balón por perdido, poner el cuerpo siempre, luchar, ir a por todos los rebotes, tirarse al suelo, no permitir que el rival juegue un sistema con tranquilidad, saltar al dos contra uno cuando el rival no está mirando… Ser un equipo con una ambición fuera de límites y eso aún no lo hemos conseguido.
– ¿Cuáles diría que son sus defectos?
– Hay muchos, porque el baloncesto evoluciona. Pero hay dos cosas que me preocupan. El imprimir un nivel mental muy alto a los jugadores de manera muy rápida y, la más importante, que los están conmigo entiendan que estar juntos cada segundo es lo más importante. No me enfado por perder, si no por no cumplir unos mínimos. Y el hacerlo entender a veces es complicado y entiendo que aún no soy capaz de hacerlo perfectamente.
– ¿La psicología con el jugador es lo que hace diferencial a un entrenador?
– Está claro. La conexión grupal es fundamental. De los 14 años que llevo como profesional, en los dos que no he sentido esa conexión ha sido en los que peores resultados he sacado. Cuando no te entienden, no transmites o tienen otra idea diferente a la tuya. Muchas veces es una cosa no como entrenador si no a nivel personal. Pero cuando el club tiene la misma ambición y caminas de la mano, es mucho más fácil que nadie se salga de ese camino.
– Aíto, con 75 años, no entendía cómo su equipo salió sin intensidad el pasado domingo. ¿Tan imprevisible es un vestuario?
– Claro, eso es lo bonito y lo peligroso del deporte colectivo. Depende de un rendimiento de jugadores que a veces no pueden, no es que no quieran, dar todo lo que han dado entrenando. Yo nunca me hubiera imagino que hubiéramos competido tan poco en Madrid como lo hicimos después del nivel de entrenos que llevábamos esa semana. Y a veces pasa al revés. Lo único que espero en el Buesa es que seamos competitivos de verdad, que nos exijamos lo máximo ante un equipo que es muy muy difícil de ganar como local.
– La última. ¿Qué solución propone para las ventanas FIBA?
– Lo único que pido es unificar criterios y reglas en todas las competiciones. Que no se juegue en una salto entre dos, en otra flecha de posesión, saque rápido… A la ventanas tenemos que adaptarnos. En el fútbol lo han hecho muchos años. Pero hay que intentar cuidar a los jugadores a nivel partidos y entrenamientos para que su rendimiento sea mejor. Yo con la doble jornada de la Euroliga he aprendido que siempre hay un par de equipos que caen a nivel físico y pierden de 25 o 30 puntos. No pueden más. Recuerdo partidos de machacar con el Baskonia al Galatasaray o al Barça de 30 o 40 puntos y perder en casa ante el Estrella Roja sin poder pasar de media pista.
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