Un sitio de honor para Dusko
Análisis ·
El día de su retirada quizás no provoque la admiración de legendarios técnicos balcánicos como Zeravica, Maljkovic o Ivkovic, pero para mí ya está a su alturaAnálisis ·
El día de su retirada quizás no provoque la admiración de legendarios técnicos balcánicos como Zeravica, Maljkovic o Ivkovic, pero para mí ya está a su alturaLlegar a estas fechas y no iniciar cualquier comentario baloncestístico sin contemplar la clasificación de Euroliga, ver en primera posición al Baskonia y no resaltar los méritos del equipo sería un pecado como mínimo venial. Quede constancia de mi admiración, tanto por los resultados como ... por el estilo de juego con que los consigue. Los que pertenecen a la parte más técnica del juego podrán hacer una disección de los motivos de tan bella forma de ganar. A los que solamente participamos sin pertenecer a la élite más sesuda de los técnicos, así como a los aficionados en general, no nos queda más que pasarlo bien con el espectáculo.
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Lo que sí puedo asegurar es que en los grandes momentos de los equipos siempre tiene mucho que ver la figura de los entrenadores. Y otro pasaje estelar de los últimos meses de la máxima competición continental ha sido el desembarco de Dusko Ivanovic en el Estrella Roja de Belgrado. Sin tiempo de adaptación gana diez encuentros consecutivos y sin Luca Vildoza, su máxima figura, pierde en la prórroga frente al Barcelona.
La carrera de Dusko no sigue la brillante trayectoria de los grande entrenadores balcánicos y, sin embargo, es tan meritoria como la que más. Acabada su carrera de jugador en Girona, inicia su vida de entrenador en Suiza (Fribourg) y la continúa en el Limoges francés, donde consigue su primer título europeo. El Baskonia le abre las puertas del mejor baloncesto europeo y en Vitoria construye su carrera de éxitos.
En aquella etapa le conocí y, en contra de una opinión casi generalizada, puedo asegurar que el montenegrino es un ser afable y educado. Siempre ha tenido fama de intolerante; incierto, solo lo es con aquellas personas que se niegan a dedicar el cien por cien de su energía al bien del equipo. Ivanovic no 'pachanguea' con medios de comunicación ni 'pastelea' con el mundillo baloncestístico. Esa actitud de intransigencia, siempre en beneficio del club para el que trabaja, le ha costado algún pequeño fracaso. No pudo con el Barcelona: vale recordar que Navarro pidió la baja en el club catalán para jugar un año en la NBA; ¡era mucho lo que le pedía!
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Dusko siguió su camino, nunca le asustó ponerse al mando de equipos menores como el Besiktas turco o el Buducnost de su país. Ha pisado Rusia y Grecia en etapas cortas. Su mejor conexión a lo largo de toda su carrera ha sido con el Baskonia, con el que ha logrado hasta siete títulos. A pesar de lo cual, ha necesitado tres ciclos en el club. Dusko, como nuestro Aíto, es uno de esos individuos de convicciones firmes, difíciles para los pusilánimes.
Ahora le veo dirigir al Estrella Roja y ha cambiado poco: su carácter se ha atemperado, está más reflexivo, es capaz de hacer sudar a Nedovic, un témpano en forma de jugador talentoso, como nunca le había visto jugar. Mi admiración hacia Dusko crece a la vez que va cumpliendo años. Llegará un día en el que se retire y quizás no provoque la admiración de los legendarios Zeravica, Maljkovic o 'Ivkovic, pero para mí ya está a la altura de ellos.
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