Sigue la racha

El Astroballe, con más sillas que gente en sus gradas. Quinteto baskonista que ya nos sabemos de carretilla y local con un carro de bajas. Inicio con ataques de primero de Primaria entre pérdidas acompañadas de unos cuantos pepinazos. En defensa ambos equipos cambiando como si no hubiese un mañana en una tarde que comenzaba rácana de buen baloncesto. Las muñecas, como los coches viejos, con holguras y las ventajas, sin ellas. Pero poco a poco, de la mano de Baldwin y el encomiable trabajo, tanto en nuestro aro como el suyo, de Costello, conseguimos hacer que Parker tuviera que organizar un cónclave.

Los de negro veían el aro del mismo color y entonces empezamos a sentir ya que la tarde podía acabar en tonos rosas. Sin embargo, por las donaciones junto a la cabeza dispersa defensiva los jugadores franceses volvieron a creer en su revolución. Seguíamos jugando con mucho orden, sin perder la testa y buscando dentro en cuanto Enoch pisó la cancha llegado de fuera. Wade, una vez más, se echó el equipo a su espalda pero siempre arrimando el hombro. Nada hacía presagiar que los del otro 'Parker' se subieran de nuevo al barco del encuentro pero entre un ¡oh! de Lacombe, Víctor el grande y otro base como 'Diot' manda, lo consiguieron.

Echamos de menos a Matt en su merecido descanso. Con su vuelta y la querida muñeca de Peters volvimos a tomar el mando 'sur la Place'. Cierto es que plácido no estaba resultando alejarse ni vistoso lo que se veía. El acierto desde la lejanía nos daba media vida unido a las segundas opciones, a ellos su larguirucho de apellido y presencia junto a sus kilogramos de músculo. Así caminamos a vestuarios arriba pero sin ellos venidos abajo.

Costello y Peters hacían su entrada triunfal en el tercer cuarto para colocar un 0-5. Demasiados choques de trenes que pedían a gritos un maquinista. La defensa flotante siempre es muy agradecida cuando el otro no la mete desde fuera ni en una piscina. De nuevo nos acercamos a los 10 de renta hasta el momento en el que David comenzó a ejercer de Goliat. Una vez más nos hacían la goma por esas transiciones sin baskonistas a la vista.

Fontecchio, atacando el 1x1 y logrando visitas al tiro libre, mantenía el tipo ofensivo baskonista en minutos de encebollamiento ofensivo. El otro hermano de Anteto junto a Paul recuperaban su trecho perdido para una vez más caminar al lado. Los buenos porcentajes vitorianos equilibraban sus balones sin destino. Tercera de Wade, Antoine manejaba junto a Lacombe y Gist mostraba su oficio para dar la vuelta al tanteador entre tanto.

Partido nuevo de seis minutos que ante tanto mandoble se podía convertir en horas. Impecable Peters generando desde dentro, agradecido el retorno de Wade y las segundas opciones por nuestro hambre reboteadora en su canasta. Las distancias se medían en milímetros, las defensas en kilos y los ataques en tiros libres agradecidos por nuestras visitas. Buena herida de guerra de su mejor hombre en el peor momento de la batalla, triplazo de Rokas cuando otros juegan al escondite y último minuto con cuatro arriba en un cuarto bastante tarado. Agradeciendo el no tener faltas en nuestro casillero y con más visitas al 4,60 que a un baño un descompuesto, pusimos punto final al partido ganando y sufriendo, que son gerundios.

Sigue la racha de un Baskonia que sabe sufrir. Los principales, aportando a la altura de su calidad en una noche de baloncesto con más tríceps y empujones que buen juego. Magníficos nuestros 'interiores' Peters y Costello.