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Si no hay un giro radical en los acontecimientos, la NBA seguirá siendo una tierra lejana para Tornike Shengelia durante un verano más. Si bien es cierto que hay un interés por parte de los Phoenix Suns en el jugador, se trata de un deseo ... que no se traduce en una propuesta económica que, sobre todo, compense al Baskonia y convierta la operación en un buen negocio para todas la partes.
La franquicia de Arizona cuenta con Igor Kokoskov como entrenador, un buen gancho emocional con el capitán azulgrana debido a su pasado reciente como seleccionador de Georgia. Es un lazo personal a tener en cuenta, pero luego están los números; el dinero que estarían dispuestos a desembolsar los gestores de los Suns y el que es necesario para liberar al ala-pívot de Tbilisi de su contrato con el Baskonia. En esta ecuación, las matemáticas no terminan de cuadrar y todo indica que es la tónica que va a imperar en este asunto durante el resto del verano.
Estatus El georgiano es un pilar del juego azulgrana, un alto mando bien remunerado con su contrato actual
La posibilidad de que Tornike Shengelia rompiera amarras con el Baskonia estuvo presente el pasado verano a pesar de su renovación por tres temporadas y se ha revitalizado una vez concluida la pasada campaña. En el horizonte, la NBA y el anhelo de volver del georgiano, también consciente del estatus económico y deportivo que ostenta en la plantilla azulgrana. Ante los continuos movimientos del mercado estival, el Baskonia siente que Tornike Shengelia es una pieza fija dentro de sus esquemas para la próxima temporada. Hay dos razones de peso, según confirmaron ayer fuentes consultadas por este periódico. En primer lugar, la cláusula de salida a la NBA que estaba incluida en el contrato de Shengelia tenía una fecha límite de vigencia que ya se ha superado. Después, y este es el punto más importante, tampoco los Phoenix Suns dan señales claras de querer realizar una apuesta seria por el jugador. En el negocio del deporte profesional, la seriedad se traduce en dinero.
La llegada de una oferta consistente más allá de la fecha de caducidad de la cláusula NBA podría dar pie al Baskonia a conceder una moratoria. Sin embargo, semejante propuesta no ha llegado y tampoco se espera en las oficinas de Zurbano. Por otro lado, la entidad vitoriana no se encuentra en una necesidad acuciante de vender, una tónica recurrente a la largo de su historia con algunos de sus mejores jugadores. Es uno de los beneficios de la recuperación de su músculo económico, lo que, de paso, también ayuda a mantener contratos altos como es ahora el de Tornike Shengelia.
Por otro lado, la continuidad del georgiano permitiría dotar de cierta estabilidad a un Baskonia que afrontará una próxima temporada especial, con la disputa de la Final Four de la Euroliga en Vitoria. Shengelia es un pilar del juego azulgrana y un alto mando bien remunerado. Tras cuatro campañas como azulgrana, sus virtudes son reconocibles y su valía como cupo de formación, pero también muestra fisuras en su juego en cuya corrección puede aún avanzar a sus 26 años. Como otros en el pasado reciente baskonista, Shengelia es un líder imperfecto pero también necesario para ayudar a construir un proyecto que, hasta ahora, ha registrado las salidas de Rodrigue Beaubois y de Janis Timma, la renovación de Matt Janning y las incorporaciones de Shavon Shields y Youssoupha Fall. De momento, en el seno de la entidad vitoriana hay confianza en que Shengelia sea un pilar importante del Baskonia 2018-19. Eso si nadie llega con una montaña de dinero para pagar por su libertad.
El baloncesto europeo va despoblándose verano tras verano de buena parte de sus mejores jugadores. El destino es inevitable; una NBA que todo el mundo quiere alcanzar y más desde que hace dos años se estrenara el nuevo convenio y se ampliaran de forma sustancial los topes salariales al calor de millonarios contratos de televisión revisados al alza. En la NBA no solo cabe la nobleza europea, sino también más de un representante de la clase media e incluso algún salto insólito como el de Rodions Kurucs, excanterano del Barcelona y con su hermano Arturs en la fragua de talentos jóvenes del Baskonia. A sus 20 años, el letón se ha convertido en jugador de los Brooklyn Nets sin tener apenas experiencia en la élite del Viejo Continente. Sin embargo, todavía hay baloncestistas que completan el camino inverso.
Un ejemplo es el del joven pívot Georgios Papagiannis (21 años y 2,16 metros) que acaba de cerrar un contrato por cinco temporadas con el Panathinaikos después de una breve experiencia en la NBA en las filas de Sacramento Kings y Portland Trail Blazers. El equipo ateniense recupera a un gigante precoz mientras el Maccabi da ya por perdida cualquier opción de continuidad de Jonah Bolden. El ala-pívot estadounidense, de lo mejor del conjunto macabeo el pasado curso, se ha comprometido con los Sixers de Filadelfia, que han optado por traspasar a Richain Holmes a los Phoenix Suns. En la orilla este de Atlántico, el jugador de calidad escasea mientras se está atento a posibles saltos de vuelta. Ya dio ese paso Joffrey Lauvergne (Fenerbahce) y podrían seguirle otros como Shane Larkin o Malcolm Delaney si ninguno halla reacomodo en la NBA.
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