Shane Larkin, el ángel exterminador

El nuevo récord anotador en un partido de Euroliga tiene su intrahistoria. A cuatro minutos del final, Larkin llegaba a los 38 puntos cuando Ergin Ataman decidió sentarle en el banquillo. «Descansa un minuto y tranquilo, que vas a superar el récord», le susurró el preparador turco. El duelo ya estaba roto con un 88-68 a favor del Efes. Larkin volvió a cancha a tres minutos del final para sumar tres triples y una canasta doble. Once puntos finales que pulverizaban la anterior marca, situada en 41 puntos y que compartían Bobby Brown, Kaspars Kambala, Carlton Myers y Alphonso Ford.

Larkin es el ángel exterminador a abatir, la punta de lanza de un Anadolu Efes aupado al liderato de la Euroliga y que ahora amenaza el Buesa Arena, donde el viernes le espera el Baskonia. El jugador que fue criticado por Phil Jackson por tener manos pequeñas durante su estancia en los New York Knicks ha crecido hasta unas medidas de gigante en la diáspora europea. Un primera ronda del 'draft' sin suerte en sus primeros tres años en la NBA, que entró en la Euroliga por la puerta del Baskonia en la temporada 2016-17. Shane Larkin es uno de los jugadores que mayor impacto ha generado en la grada del Buesa a pesar de permanecer un solo curso en la capital alavesa. Más que un adiós, la suya fue una fuga de vuelta a la NBA después de que el Baskonia igualara en el tanteo la oferta presentada por el Barcelona. No hubo reproches en aquella finta de mercado que dejó a baskonistas y blaugranas con las manos vacías mientras Larkin marchaba a los Boston Celtics.

Bastó un año para que la NBA volviera a despreciar al jugador de Cincinnati. Fue útil para Brad Stevens en el TD Garden, pero no tanto como para apostar por su continuidad. Su brújula apuntó de nuevo a Europa hace dos veranos. El Baskonia preguntó precio, pero fue el Anadolu Efes el que se llevó la pieza con un contrato que superaba los dos millones de dólares. Desde entonces, su progresión ha ido de la mano con la rehabilitación deportiva de la entidad estambulí, confirmada con su presencia en la pasada Final Four de Vitoria. De la cita de mayo, el Efes se marchó con un subcampeonato y Larkin con un par de actuaciones soberbias. Pasó el verano, el jugador optó por renovar en el Efes y, así, ayudar a preservar el talento en la Euroliga.

Su última maravilla ante el Bayern es el destello deslumbrante de un soberbio arranque de curso en el que promedia 22 puntos por partido y 24 de valoración en la Euroliga, con un 51 % de acierto en tiros de campo. Con 27 años recién cumplidos, Larkin parece atravesar su mejor momento profesional. Sin embargo, no trabaja solo. Ataman tiene claro que contar con dos cerebros como el estadounidense y Vasilije Micic es un lujo que debe ser explotado. Son bases no excluyentes, que comparten cancha en gran parte de los quintetos diseñados por su entrenador. La estadística chiva datos ilustrativos sobre lo complementario de semejante pareja. El 44 % de los puntos que anota el Efes llega de las manos de Micic y Larkin, que también disponen para ellos solos de una tercera parte de los lanzamientos de campo de todo el equipo.