Raieste, un año más en el Baskonia

Noticias relacionadas

Baskonia

McIntyre pone rumbo al Estrella Roja

Carlos Pérez de Arrilucea | Nuria Nuño

Opinión

Ángel Resa

La enésima puerta giratoria del Baskonia

Su continuidad se abre a varias lecturas. El club apuesta por «un jugador en progresión», tal y como define en su nota, que llegó a Vitoria en 2016. Justo a tiempo para pasar tres temporadas en la estructura azulgrana y ser considerado como cupo nacional a efectos de la ACB. Su estatus supone un valor añadido en una liga en la que había recibido el interés de varios equipos, desechado por seguir en un club que siente como el suyo y en el único que le ofrece la posibilidad de seguir en la Euroliga.

Para el Baskonia es un movimiento lógico. Ata a su tercer cupo de formación, junto a Sedekerskis y Khalifa Diop, y se mantiene a la expectativa por la eclosión de un jugador del que siempre se han tenido esperanzas en el seno del club. Tampoco el internacional estonio es un baloncestista caro a nivel salarial. El vínculo de corta duración supone una operación de poco riesgo para la entidad y una reválida para Raieste, que en las cuatro temporadas anteriores ha sido un complemento para sus tres entrenadores: Dusko Ivanovic por partida doble, Neven Spahija y Joan Peñarroya.

Solo el catalán le otorgó más de 10 minutos de media a lo largo de un curso. En total, el estonio ha disputado 163 partidos, con un promedio de 8 minutos por duelo. Sus medias en la última temporada son de 9 minutos en ACB y 6 en Euroliga. A la espera de la llegada de un nuevo entrenador, se le abre otra oportunidad de refrendar lo exhibido en los dos últimos partidos de la temporada. Ante el UCAM Murcia se fue a los 12 puntos en 17 minutos. Ante el Madrid se mantuvo 22 minutos sobre la cancha, con 9 tantos y haciendo gala de su buen juego por encima del aro.

Aprovechando el anuncio de su renovación, el club ayer emitió los mejores momentos de Raieste en la temporada 2023-2024. Un compendio de mates, tapones y buenas acciones al rebote gracias a un físico notable que invita al optimismo.

Su constitución (2,01 metros de altura) y agilidad le permiten desempeñarse como escolta y alero en tareas defensivas. Es en el otro lado de la cancha, con el balón en las manos, donde reside su mayor margen de progresión. Sedekerskis, uno de sus mejores amigos del vestuario, debería servirle como espejo. Los camaradas bálticos y Khalifa Diop formarán parte del obligado cupo de formación de la ACB que necesitará de un cuarto integrante.