Un sacrificio mayúsculo

En el presente, el Baskonia es un equipo corto de jugadores, pero sabedor de quién puede jugar y quién no y cómo debe hacerlo. Siempre aspirante a todo, como lo ha sido en cualquier torneo. Ilimane Diop crece y puede llegar a ser lo que todos esperábamos de él. Shengelia se encuentra exhausto, arrastra dolores de espalda y se le nota contrariado en el juego. ¿Será capaz de aguantar durante mucho tiempo la jerarquía del entrenador? Atentos al futuro del capitán. Henry imperial, identificado con el estilo, un auténtico superdotado físico. Granger, jugando sus mejores partidos con la camiseta baskonista. Sería una pena que no siguiera. Mientras, veo a Vildoza compitiendo en la posición que le corresponde. Puede que dentro de un par de temporadas pueda ser un base. Ahora, aún no lo es.

En este tipo de torneo, parecido a un Mundial, es difícil hacer pronósticos. Un equipo sorpresa como el Burgos es capaz de ganar al Real Madrid. El Joventut está haciendo un gran baloncesto con una cuadrilla de canteranos. Bilbao, Tenerife y Andorra parecen desdibujados, como si no hubieran asumido el envite que supone el torneo de Valencia.

Restan dos jornadas, en todos los equipos hay jugadores lesionados, el cansancio también trastocará las alineaciones. Las semifinales llegarán con todos 'muertos'. Si el Real Madrid se quedara fuera, el Barcelona sería casi seguro vencedor. Tanto nuestro Baskonia como Unicaja y Valencia Basket llegan muy justos de fuerzas a la recta de llegada.

Recuerden para un torneo de este estilo las selecciones hacen una preparación de más o menos cinco semanas, en la que van afinando cuerpos y mentes. En esta cita que estamos viviendo, los jugadores han estado confinados dos meses. Bastante están haciendo.