Olympiacos 92-69 Baskonia

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Maneja un equipo absolutamente roto en baloncesto y ánimo. Un grupo caído antes de empezar el encuentro, de lenguaje gestual derrotista, ataques sin rumbo a golpe de impulsos individuales y defensa muy permeable. Sus rotaciones señalan con el dedo a los dos ‘cincos’ de la plantilla y a Moneke.

No jugó al estar convocado con Georgia.

Estadística engañosa. Muy buenos números, pero más de lo mismo. Ritmo átono, capacidad de generarse sus tiros y falta de fluidez para el juego.

Mal en los poco más de cinco minutos que le concedió Laso. Inseguro, tanto en el lanzamiento como en el cuidado de la pelota.

Su arranque ilusionó al sostener adelante al equipo. Pero fatal en el triple y, de nuevo, cometiendo faltas innecesarias ante su impotencia defensiva.

No jugó.

Sufrió en primera persona el formidable encuentro hasta el descanso de Fournier, gran dominador del duelo. Solo apuntes cuando se le requiere más.

También soldado de Laso, como el de todos los entrenadores salvo Spahija. Noche ingrata la suya como ‘cuatro’ y hasta ‘cinco’ frente a Milutinov.

Apareció antes de lo previsto por la superioridad de Fournier ante Luwawu-Cabarrot. Aciertos y errores de un alero que no se esconde.

También clarificador que un hombre de fondo del banquillo superase los once minutos de juego. Voluntad y dudas a la par.

Otro que se incorporó pronto para desaparecer luego con menos de seis minutos sobre la cancha. Buena mano y escasa ‘carrocería’ para defender.

Su lenguaje gestual distó mucho de la alegría habitual. Suplente y sólo un cuarto de hora en el que ofreció algunos de sus chispazos individuales.

Otro de los damnificados. Ocho minutos en los que nada sumó. Laso apostó muchos minutos por una pareja de ‘cuatros’ ante la ineficacia de sus cincos.

Superado claramente por los pívots locales, Fall y el talentoso Milutinov. Significativo que el técnico prescindiese tantos minutos de los dos cincos.