Mismo resultado, otra cara

Vuelta a la Euroliga después de 16 días de desconexión competitiva y un 'No a la Guerra' israelita cargado de una hipocresía que sonroja. De inicio, sin cinco en una apuesta por un quinteto versátil que pudiera hacernos grandes. Impecables en el pabellón de Elías con su famosa mano, al comienzo, con los triples de Baldwin, el olvidado Marinkovic y ese Fontecchio para todo. Intifada ofensiva baskonista sin ningún lanzamiento de piedras. Nuestro dolor de cabeza venía del mundo interior de Zizic y el tino de Nunnally desde Jerusalem.

Buen movimiento del balón con la generosidad por bandera donde el otro se anteponía al uno. Daba la sensación de que la visita a una bodega nos había regado de un mejor baloncesto. Pero por las pérdidas, los tiros libres y las muñecas de Scottie y John se nos bajó el subidón en un visto y no visto. Don Simone aguantaba el tirón con sus tiros pero ya eran los amarillos los que conseguían ponernos las ventajas en rojo. No teníamos interiores para poder luchar de tú a tú con Reynolds ni dominábamos el tempo del partido porque Wilbekin ya ejercía de relojero suizo.

Nos seguía librando un tino lejano al que no se le podía poner ni un pero, pero sí a que las diferencias en el marcador iban en aumento a la israelita callando. El IV mantenía nuestro tipo aún siendo para muchos un susodicho criticado por casi todo lo que hace en la cancha. Por sus donaciones manteníamos las distancias cortas en el luminoso pero 'Ziv' echar las campanas al vuelo. Y así, entre errores compartidos, defensas indefendibles salvo que seas tertuliano, balances sin balanza e innegable acierto, nos fuimos al asueto del partido con mucho aire y sin malos humos.

Intercambio de canastas en la vuelta de boxes con la tercera de nuestro italiano que no hizo gripar a los nuestros gracias a Peters y Baldwin. Lástima que por culpa de algunas tontunas no pudiésemos dejarles con cara de tontos. Igualaba Rokas la contienda con una bomba, muy vistas por aquellos lares, y Wade nos ponía por delante tras una de esas carreras que tanto se agradecen aunque jamás hayas pisado un hipódromo. Buenos minutos baskonistas y muy desacertados de los de 'Avi', a los que enviábamos un buen aviso.

Ricas ventajas azulgranas tiradas por el sumidero entre defensas sin pelo en pecho y un James hambriento de aro. El '5' seguía sobresaliente, Giedraitis afinaba su fusil y nos reencontramos con ese Enoch que suponemos para tomar una renta cercana a los 10 entre rebotes y pases amigos. El equilibrio, en paradero conocido; el líder, con galones y la paciencia, en tierras de Job. Así, el Baskonia seguía dominando sin que los de Tel Aviv nos vieran. Pero por culpa de sus bloqueos con la continuación de Ante y los ojos de Wil lograban volver a soplarnos en la nuca como antes.

Minutos de errores compartidos con demasiadas bolas desparramadas, desatino local contrarrestado por el impecable Baldwin y los minutos cayendo sin que los de Zurbano se viniesen abajo. Nervios a flor de piel, técnica sin venir a cuento, cambios defensivos sin cuentos, aciertos de su número 1 o nuestro Costello para de esa forma llegar a un final no apto para muchos corazones. Derrota entre libres e imagen recuperada.

Mismo resultado con otra cara de un Baskonia más generoso y constante que el de antes del parón. Vimos a un Baldwin con ojos grandes, a los aleros por momentos y a los interiores que siguen teniendo como los coches intermitentes. Dimos una buena imagen ante un Maccabi que sí tiene jugadores para minutos de la verdad. Los rusos nos pusieron arriba y los macabeos, en nuestro sitio.