Si la noticia hace unas semanas fue la merma del Baskonia por la acumulación de lesionados, ahora solo con el griego Nikos Rogkavopoulos aún convaleciente, la curiosidad es el poco uso que Dusko Ivanovic hace de su plantilla. A este ritmo de competición y jugando ... siempre sobre el filo de la navaja con finales ajustados aunque de cara, salvo el choque ante Mónaco que fue cruz, el técnico montenegrino sigue fiel a su idea, conocida en su decálogo en los banquillos, cual es la de utilizar pocos efectivos.
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Cuestión de confianza o de saber manejarse mejor con una rotación pequeña, lo que parecía una oportunidad para los secundarios, volvió a ser un dejá vu ante el Manresa. El fenómeno más sorprendente es Khalifa Diop, lesionado a mediados de octubre por problemas de espalda que, a priori, ya ha superado, como se hizo ver tras reaparecer algo más de dos minutos en el choque de Euroliga ante el Barcelona hace dos semanas. Después, ante Mónaco y ayer, fue un mero espectador en el banco.
Cuesta ver cómo el Baskonia sufre, sobre todo, ante rivales tan físicos como el conjunto monegasco sin que el joven pívot senegalés, una apuesta del club que lo fichó en verano por cinco temporadas, haga acto de presencia, aunque solo sea para dar descanso a sus compañeros. Por ahora es el gran damnificado pero hasta cuatro jugadores vieron ayer ante el conjunto de Pedro Martínez cómo su crédito se resiente.
Mannion, Raieste, Chiozza y Kotsar disputaron menos de diez minutos cada uno. En el caso del base italiano, en los 6:57 en pista, anotó 2 puntos,, una asistencia y se fue con 2 de valoración. Otra actuación gris para un jugador que ya estuvo en entredicho en la era Peñarroya. Tampoco el base norteamericano Chiozza, fichado para reforzar esa demarcación, tuvo su mejor día en los casi diez minutos disputados, con 3 puntos, una asistencia y mínima valoración de 2. Para Ivanovic, el timonel principal es McIntyre, cuya producción desde su llegada ha subido enteros mejorando además sus porcentajes de tiro. En el juego interior, Maik Kotsar tampoco goza de oportunidades. El estonio dispuso ayer de solo 7:42 minutos para una nula producción ofensiva, dos rebotes y valoración negativa. Costello es la apuesta segura. El de Michigan volvió a ser imprescindible en el triunfo ante la escuadra catalana con 17 puntos y 9 rebotes. El canterano Raieste tampoco entra en la rueda buena de rotaciones. Su testigo lo ha tomado Dani Díez, desahuciado en la anterior etapa y reconvertido ahora a un soldado del perfil Ivanovic.
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Unos tan poco y otros tanto. El Baskonia juega tan al límite como sus esforzados jugadores pueden. El minutaje es tremendo tanto en la Euroliga como en Liga ACB para «sus incondicionales». McIntyre y Sedekerskis encabezan ese ranking con 27 y 26 minutos en la liga doméstica. Ayer, el capitán de acero se fue más allá de los 33, para 28 de Costello o los 22 de Moneke que le sirvieron para sacarse la espina ante otro exequipo y rematar una faena extraordinaria en un último cuarto que llevó su firma con 14 puntos para un total de 23. Como el propio montenegrino repite, el cansancio no está en lo físico sino en la cabeza, tal vez para justificar el exceso de confianza que hizo que la renta de los 23 puntos amasada en el segundo período se viera reducida a cinco.
Con tanto en juego -estar en la Copa del Rey es una obligación para el Baskonia- y un calendario de Euroliga que se estrecha en diciembre, el hándicap para Dusko Ivanovic es saber dosificar con sabiduría los esfuerzos y sumar más jugadores para la causa. Y es que probado está que con ocho no siempre basta.
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