La renovación de Giedraitis se estanca

El Baskonia ofrece al alero lituano un nuevo contrato para las próximas tres temporadas, hasta 2025. Serían dos años más de los que tiene firmados a cambio de una bajada de sueldo que por el momento no ha sido aceptada. Giedraitis superará la próxima temporada los 750.000 euros y el club pretende redistribuir la masa salarial hacia otras posiciones. Su confluencia exterior con Fontecchio, considerado como uno de los pilares del equipo, su discreta última temporada y la disponibilidad actual de sus propias arcas inducen a la entidad a retocar su alianza con el que fuera el máximo anotador del equipo en la temporada 2020-2021.

El internacional lituano, que se perderá buena parte de la pretemporada por la disputa del Eurobasket (igual que Fontecchio), es una pieza distinguida por la dirección deportiva, que considera que aún tiene margen de progresión pese a que el 16 de agosto cumplirá 30 años. Con la salida de Peters, se trata del jugador más veterano del vestuario más allá de los canteranos y, por antigüedad, uno de los candidatos a nuevo capitán. Llegó en el verano de 2020 procedente del Alba Berlín y firmó un contrato de tres temporadas con un salario ascendente con el transcurso de los cursos que ahora genera quebraderos de cabeza a los gestores azulgranas.

El verano pasado también fue uno de los temas candentes en Zurbano. Fue muy honesto al confesar en mayo de 2021 en una entrevista en este periódico que su idea era intentar dar el salto a la NBA. Una fijación que estuvo cerca de cumplirse y por la que el club azulgrana no dejó escapar la oportunidad de fichar Fontecchio, llamado a ser su sustituto, por el que abonó al Alba Berlín los 250.000 euros de la cláusula de rescisión. Sin embargo, la única oferta procedente de la Liga Norteamericana no satisfizo sus pretensiones. El salario mínimo, por debajo del millón de euros que costaba su rescisión, y sin garantías de minutos, decidió continuar en Vitoria, donde en varias ocasiones ha manifestado que se encuentra muy a gusto tanto él como su familia.

Una decisión que trastocó la configuración de la plantilla y que obligó a Giedraitis a desplazarse a la posición de escolta. A sufrir en defensa ante jugadores más rápidos y a pasar desapercibido en ataque, con un volumen de tiro escaso para sus condiciones. Una temporada grisácea en general, con la destitución de Dusko Ivanovic, con cuyo estilo de juego parecía más cómodo, y un epílogo nefasto en semifinales de la ACB ante el Real Madrid, con un sangrante 4 de 14 en lanzamientos de dos puntos y 1 de 9 en triples, anotado en los minutos finales de una serie decidida.

El jugador se ha mostrado dispuesto a continuar y resarcirse, pero la oferta económica del club no parece convencerle. En Vitoria se ha convertido en un exterior de verdadera valía para cualquier equipo de la Euroliga y con el paso de los días, el descenso de la temperatura de su proceso de renovación puede encender el interés de otros clubes. Ante este panorama, con la superpoblación de aleros vigente (Giedraitis, Fontecchio, Sedekerskis y el polivalente Hommes) el club debe decidir si realizar una nueva propuesta, resignarse a que cumpla su contrato pese a que condicionaría la planificación o dejarle la puerta abierta con la opción de sacar algún beneficio económico.