Con más seriedad y las mismas desatenciones

Esta vez, el rebote volvió a ser un factor clave para decantar un choque igualado. Ese mismo rechace ofensivo que atrapó Henzonja al juego interior azulgrana a 19 segundos del final otorgó una nueva posesión a los blancos con 81-78 en el marcador. Se esfumaba la que era la última opciones de los vitorianos para culminar un intento de remontada alimentado por la iniciativa ofensiva de Markus Howard y los puntos interiores de un Donta Hall que fue la apuesta final en la posición de 'cinco' después de una buena actuación de Khalifa Diop para eclipsar a Walter Tavares, un gigante más terrenal gracias al esfuerzo defensivo de los baskonistas en la pintura.

El líder de la Liga ACB se llevó un encuentro de brillo escaso, con espíritu más destructivo y que no dio demasiada cancha al virtuosismo. Un buen Baskonia resistió desde la conjura colectiva, pero sus lapsus en el capítulo final le pasaron factura. Un parcial de 10-2 hizo perder pie a los alaveses (69-60, minuto 35) tras la enésima erupción triplista de Sergio Llull. Fueron un par de minutos de apagón que dejaron rezagado a un conjunto azulgrana que quiso apoyarse en la entrada de Markus Howard, pero que se encontró a ese Real Madrid ya firme de la mano de Andrés Feliz y Alberto Abalde, que anotaría un 79-71 decisivo a dos minutos del final después hundir al menudo anotador azulgrana en el poste bajo y asestarle un codazo en el rostro.

La revisión solicitada por Laso quedó en nada. Los colegiados hablaron de falta de intencionalidad primero y de contacto no excesivo después mientras analizaban la jugada en el instant replay. A pesar de la discutible decisión arbitral, el Baskonia todavía peleó por una última oportunidad que llegó con el 2+1 de Howard con el que Tavares quedó eliminado y que colocó el 81-78 a 39 segundos del cierre que quedaría desbaratado por el rebote ofensivo de Hezonja en la siguiente posesión merengue. Otro mal paso en el momento crítico de un partido que se escapaba para mantener a los vitorianos alejados de la zona de play off.

La disputa de un duelo de altos vuelos permitió al Baskonia recuperar una versión más compacta, capaz de ahondar en los problemas de un plantel merengue que sigue lejos de jugar redondo y que sufrió para equilibrar su rendimiento durante los momentos de descanso de Musa, Campazzo o Tavares. Tampoco fue el plantel azulgrana una tropa extensa, sin Moneke y con una versión demasiado anónima de Samanic, con la irrupción tardía de Cabarrot a partir del tercer cuarto y un Donta Hall que fue más allá del puro efectismo para ser productivo mientras Baldwin trataba de ser competencia y complemento para Forrest. Un Baskonia más serio, pero aún impreciso para la caza mayor.