Un quinteto ilustre del Baskonia para la bóveda del Buesa

A partir del próximo 5 de mayo, Splitter verá cómo aquella camiseta que vistió como azulgrana con el dorsal 21 a la espalda se alzará a lo más alto del Buesa Arena. Se trata de una ceremonia clásica en el baloncesto estadounidense, que el Baskonia ha optado por importar en los últimos tiempos. Habrá que generar espacio para completar un quinteto ilustre de exbaskonistas. Splitter como 'cinco' de lujo junto al ala-pívot por excelencia: Luis Scola. Al timón, nadie como Pablo Prigioni, escoltado por Sergi Vidal e Igor Rakocevic. Dosis ingentes de talento, colmillo ofensivo afilado y un saber baloncestístico casi enciclopédico.

En la larga historia de un club fundado en 1959, el número de aspirantes a ver su camiseta retirada bien podría llenar varios pabellones. De momento, ya son cinco los jugadores elegidos, aunque la lista, como no podía ser de otra forma, permanece abierta a futuros homenajes.

El 'equipo' formado por Splitter, Scola, Vidal, Rakocevic y Prigioni ayuda a explicar la historia azulgrana en su época de mayor esplendor. Es la que arranca con la llegada de Dusko Ivanovic en la campaña 2000-01 y que culmina en junio de 2010 con el tercer título liguero de la entidad azulgrana, alzado por Splitter después de superar con un 0-3 al Barcelona en el 'play off' final con aquel inolvidable 2+1 de Fernando San Emeterio.

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Durante aquella década hubo que hacer hueco a la vitrina de trofeos con tres títulos de Liga, cuatro de Copa y otros tantos de Supercopa. Cada año, o bien caía un título o el Baskonia disputaba una final. De aquel período datan el subcampeonato continental de 2001 y las presencias consecutivas en la Final Four de la Euroliga de 2005 a 2008. Fue el tiempo en el que el baskonismo se acostumbró a la excelencia. Después, hubo que esperar a 2020 para volver a alzar un título, en de la Liga ACB de la pandemia y la burbuja de Valencia.

La última ceremonia de retirada de camiseta que tuvo lugar en el Buesa Arena fue el pasado 3 de noviembre, con Luis Scola como protagonista. El argentino, considerado en su día por Josean Querejeta como el jugador más importante de la historia del Baskonia, fue un guía en la plantilla azulgrana para Tiago Splitter, con el que también llegaría a formar pareja interior. Poco menos que hermanos deportivos, el triángulo se compleba con Pablo Prigioni, ejecutor del 'pick and roll' con sintonía telepática tanto con el porteño como con el brasileño.