«Sé que no puedo exprimir tanto a mis jugadores como me gustaría»

- Se dice que el Unics es la revelación de la Euroliga. ¿Usted qué cree?

- Yo creo que… Primero, la ciudad es mucho mejor de lo que esperaba. Kazán me parece mucho mejor de lo que todo el mundo pensaba y me decía. Hay un nivel de vida muy bueno, una ciudad muy bonita. El único problema es que está muy lejos de todo en Europa. Perdemos mucho tiempo en aviones y aeropuertos. Es el único 'pero' que le pongo. Al frío uno se acostumbra (ríe). Es una competición tan, tan dura que todo el mundo tiene altibajos. Nosotros tuvimos un subidón, ahora tenemos un bajón. Espero que pronto nos venga otro subidón porque no hay tiempo para más.

- ¿Se esperaba esta evolución del equipo tras perder en Estambul y sólo anotar 41 puntos?

- Fue un día muy malo que no anotamos nada desde fuera, entonces te cuesta jugar contra cualquiera. También nos pasó contra el Alba y les sucede al resto de equipos. Al Milán en Kazán, un equipo mucho mejor que nosotros pero con tantos partidos, ocurren cosas que nadie puede explicar.

- Como ver al Baskonia tan abajo y descolgado.

- La competición es tan salvaje que puede pasar cualquier cosa y no me sorprende nada. Pero el Baskonia es muy peligroso. Si tienen el día, te matan, como hicieron con el Barcelona. Tienen aleros muy tiradores, los 'cuatros', los 'cincos', todos tiran. Si queremos estar en los play off tenemos que ganar el partido y sabemos que es difícil.

- ¿Qué siente al volver a entrar en el Buesa?

- Siempre considero esto parte de mí. Mi última salida del club fue muy amistosa. El presidente se portó de una forma fenomenal. Yo entendí que los resultados no acompañaban. Bueno, no tanto los resultados como las sensaciones. Las sensaciones eran peores. Me acuerdo que estábamos con 5 victorias y 7 derrotas en Euroliga (el balance era de 6-9) y estábamos dentro de la Copa del Rey aunque empatados con muchos. Pero las sensaciones eran muy malas. Perdimos partidos por muchos puntos y de verdad que esta despedida fue la más amistosa que se produjo en mi carrera. Y en este sentido estoy muy agradecido a Querejeta, que se portó como un señor.

- ¿Los malos recuerdos se olvidan?

- Sí, ha habido tantos buenos que los demás ya están escondidos.

- ¿En qué ha cambiado Velimir Perasovic desde diciembre de 2019?

- Poco o nada. No han pasado ni dos años, no es tanto tiempo. Con el coronavirus parece demasiado, a la gente le parece que llevo muchos años sin entrenar pero un año y medio no es tanto. Con tantos acontecimientos no da tiempo a cambiar. Me operé la cadera, he tenido una recuperación buena y ahora espero volver a operarme de la otra. Son secuelas de jugar tanto tiempo.

- ¿Se esperaba la llamada de un equipo de Euroliga con un proyecto tan ambicioso?

- Tuve ofertas de equipos que no me convencían y no quise cogerlas. De Euroliga, en cuanto tuve una oportunidad enseguida aposté por ella. Somos un club que tiene un presupuesto tres veces menor que el del Zenit. En Rusia está muy bien pero para la Euroliga creo que no tenemos tanto potencial como algunos piensan. O al menos dicen. Somos un equipo que está peleando por el play off, que creo que es lo máximo a lo que podemos aspirar.

- Cuenta con dos estrellas de la NBA y otros jugadores dependientes del balón. ¿Cómo se gestiona tanto ego en el vestuario?

- No sé si eran tan estrellas. O.J. Mayo sí, pero Cannan fue un jugador que pasó por muchos lados. He conseguido que todos tengan el mismo objetivo común y se pongan del mismo lado. Saben que si no, pierden.

- Se le considera un entrenador de la escuela balcánica que siempre ha destacado por los entrenamientos duros. ¿Cómo se adapta a estos tiempos en los que casi no hay tiempo para entrenar?

- Como todos. He entendido que no se puede hacer mucha carga durante la temporada. Sé que no puedo exprimir tanto a los jugadores como me gustaría. Aún así, creo que el físico es una de las partes más importantes de mi equipo.

- Con una larga experiencia ya a sus espaldas. ¿Cuál considera su mayor virtud como entrenador?

- No lo sé. Aquí no sé qué decir. Que hablen otros.