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iván benito
Sábado, 9 de enero 2021, 03:13
Sin la actuación de Tadas Sedekerskis no se entiende la victoria del Baskonia ante el CSKA. Tras un intento kamikaze de Henry por robarle el balón a James, al joven canterano le tocó salir en su defensa, provocando las dudas y el fallo del exazulgrana. ... Fue el epílogo de un partido excelso que terminó con la racha de 12 victorias consecutivas de los moscovitas.
Algo dífícil de creer para un jugador que hace un año estaba cedido en las filas del Neptunas Klaipeda lituano, el mismo lugar del que fue reclutado para la causa azulgrana por 2013. Un regreso a los orígenes en el que comprendió que ya de nada le servía la etiqueta de ser uno de los jugadores más prometedores del continente que se ganó en la cantera de Zurbano.
Tras varias temporadas titubeantes, tampoco en su país de origen fue capaz de acercarse a las cifras que promedió antes de pasar a profesionales. Veinte minutos por partido, 6,9 puntos y 4,8 rebotes en un curso que acabó en Vitoria a causa de la pandemia. A sus 22 años, el club se vio en la obligación de darle la oportunidad y Sedekerskis la ha abrazado con ganas y mucho trabajo.
Comenzó entrando poco, muy poco en la rotación, pero ahora su papel en defensa se antoja vital en el esquema vitoriano. Efervescente, polivalente y cooperante en la asociación del rebote, se está ganando a pulso la confianza de Dusko Ivanovic. Antes de diciembre, el alero promediaba apenas 9 minutos en pista en Euroliga, y uno más en ACB. Pero llegaron los problemas de espalda de Vildoza e Ivanovic comenzó a incluir al canterano en el quinteto inicial. Su capacidad para contener en los cambios defensivos a rivales que ocupan las posiciones de escolta, alero y ala-pívot fue el combo perfecto para doblar sus minutos en pista, independientemente del regreso del argentino.
Desde la conquista de El Pireo (26 de noviembre), en la que no participó, el jugador lituano registra más de 19 minutos de media en la pista, doblando e incluso triplicando sus estadísticas hasta ese momento en puntos, rebotes y valoración.
Un paso al frente y una demostración de madurez que culminó en la noche del jueves. El montenegrino le encomendó una ardua misión. «Por algo le puse a defender a Shengelia. Está trabajando bien y puede defender tanto a jugadores que actúan de 'tres' como de 'cuatro'. Lo hizo muy bien y también en la última posesión de James», destacó el técnico después de la victoria.
A Sedekerskis le viene de niño lo de emparejarse con hombres más grandes. En su Nida natal, un municipio de menos de 2.000 habitantes enclavado en un itsmo declarado Patrimonio de la Humanidad en Europa de la UNESCO, no había club ni escuela de baloncesto, por lo que le tocó zafarse con jugadores mayores que él cuando empezó a jugar con seis años. Procedente de una familia de enamorados del baloncesto, enseguida se dieron cuenta del talento precoz de su su primogénito y pusieron todos los medios para que su hijo pudiera triunfar.
Con once años, el lituano fichó por el Neptunas de Klaipeda, a 50 kilómetros al norte, rodeando el Lago o Bahía de Curlandia, teniendo que cruzar en ferry el estrecho que le separa la ciudad portuaria del Mar Báltico. Su padre le estuvo llevando dos días a la semana a entrenar durante tres años, hasta que decidieron mudarse un año antes de fichar por el Baskonia.
En ese mismo lugar, rodeado de su familia y amigos de la infancia, encontró la calma y la estabilidad para seguir con su crecimiento atemperado tras varias cesiones infructuosas. Hasta que se ha cruzado en el camino de Ivanovic, que ha cogido el cincel y, como antes hiciera con Sergi Vidal, está esculpiendo un físico privilegiado al que todavía le pide jugar «más suelto». Con contrato hasta 2022, su progresión es una de las mejores noticias de la temporada y empieza a alcanzar las cotas esperadas bajo la cúpula del Buesa Arena.
Esta tarde se abre la jornada 19 de la ACB, final de la primera vuelta en la que se aclararán los dos alicientes que quedan por resolver para la Copa del Rey. El Baskonia y el San Pablo se juegan el ser el cuarto cabeza de serie. Los castellanos juegan hoy (18:00) en Sevilla ante un Betis mejorado desde la llegada de Joan Plaza. En caso de derrota burgalesa, los vitorianos se asegurarían así la cuarta posición, con el privilegio que concede para el sorteo del lunes. Pero si los de Joan Peñarroya logran doblegar a los verdiblancos, obligarán a los azulgranas a ganar al Unicaja, que se juega el último billete. También lo puede asegurar esta noche, si el Manresa cede en el Nou Congost ante el Barça. Pero si logran el triunfo, los malagueños se jugarán la clasificación mañana en el Martín Carpena (18:30).
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