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La FIBA será la que determine el castigo final al que se enfrenta Pierria Henry en caso de ser condenado por el control antidopaje inconcluyente que el club ha confirmado este miércoles. La casuística es variada y depende tanto de la sustancia y cantidad consumida ... como de otros agravantes y atenuantes, entre los que se encuentran la reincidencia o el uso intencionado.
En suma, las sanciones pueden ir desde los tres meses en los casos más leves hasta la vitalicia cuando el dopaje es grave. En medio, castigos de uno o dos años como posibilidades. El año pasado, el Armani Milán sufrió los casos de Ricardo Moraschini y Dinos Mitoglou. El primero fue castigado durante un año por consumo de un esteroide anabólico, mientras que el segundo continúa pendiente de la pena definitiva y potencial recurso, si bien no juega desde que en marzo se notificó el resultado anómalo.
Muchos matices pueden cambiar el escenario de cada jugador y diversos factores pueden ejercer como atenuantes o agravantes que alteren de forma significativa la pena. Si el jugador demuestra que no tiene culpa o que el positivo se ha producido debido a una negligencia, puede llegar a ser absuelto. La FIBA también valora elementos como el uso intencionado o no de las sustancias, si se produce confesión o hay reincidencia. En estos extremos, en la primera reincidencia el castigo puede verse elevado en seis meses. Si se repite, el castigo será vitalicio.
La FIBA, además, introdujo en 2021 algunas modificaciones a las normas que afectan a entre otros, el consumo de sustancias de abuso como el cannabis. Aquí, si el uso «ocurrió fuera de la competición» o «no estaba relacionado con el rendimiento deportivo», el periodo de castigo será de tres meses, sujeto a ser reducido en un mes si se sigue un programa de tratamiento. Ese cambio también aumenta el castigo de agravantes como la conducta obstructiva.
El castigo puede comenzar a cumplirse cuando se notifica el positivo o bien postergarlo hasta que se aclaren los recursos si el órgano sancionador lo permite. El protocolo también aclara la vuelta a los entrenamientos. El jugador puede hacerlo dos meses antes de que acabe la sanción o, en su defecto, cuando solo queda un cuarto del castigo por cumplirse.
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