El Baskonia ficha a Stauskas

El Baskonia ha aprovechado la oportunidad y sus medios. El alero estaba cobrando algo más de medio millón de dólares en los Cavs, con los que se le terminó el contrato. A sus 25 años responde a la perfección al perfil de jugador exterior que necesita: raza blanca, tirador.

Auguró Donatas Urbonas, uno de los periodistas lituanos más fiables sobre los vaivenes del mercado, que el Buesa Arena es el destino más probable de este anotador compulsivo. Y así ha sido. Llegó como número 8 del draft a la NBA, en 2014, pero que no ha terminado de encontrar su sitio en las cinco temporadas que lleva en la mejor liga del mundo. Los último dos cursos ha estado atrapado en una espiral de traspasos. Ahora, como agente libre, le llega la oferta del Baskonia, que quiere aprovechar su facilidad pasmosa para el catch and shoot,lo que le conviertía en apetecible como relleno en cualquier franquicia.

'Sauce Castillo' tiene baloncesto como para ser protagonista. Quizá no en la NBA, pero en Europa podría ser la estrella que fue en la NCAA y que llegó a levantar la envidia del mismísimo Stephen Curry.

Nikolas Tomas Stauskas (Mississauga, 1993) es canadiense. Mississauga -tan desconocida urbe como preciosa voz- es una ciudad de 750.000 habitantes en Ontario. Su familia, como su apellido, son de origen lituano, pero él carece de pasaporte comunitario. Podría pedirlo, pero seguramente le obligarían a renunciar a la ciudadanía canadiense (Lituania no es amiga de dobles empadronamientos) y Stauskas está en la preselección de los de la hoja de arce para el Mundial de China, a las órdenes de Nick Nurse, campeón con los Raptors. ¿Su última baza NBA?

Lo curioso es que Stauskas, un tipo capaz de anotar el 35,32% de los más de 1.100 triples que ha lanzado en sus cinco años en la NBA y Mejor jugador de su Conferencia en su segundo año universitario (por delante de Shavon Shields), es más famoso por sus episodios en Twitter que por su juego.

Todo empezó cuando aún estudiaba en Michigan. Grabó un vídeo lanzando triples en la canasta de su casa y lo subió a Youtube. Al de un rato sus redes ardían por culpa de Curry. De Don Stephen. De 76 tiros había metido 70, el 92%. Los primeros 46 sin fallo. Y el de la bahía se picó. Al punto que, en broma, le retó a un desafío anotador. Una tele se ofreció a retransmitirlo. Las leyes de la NCAA lo prohibieron.

Luego llegó lo de su mote. Los subtítulos automáticos del vídeo resumen de uno de sus primero partidos con los Kings, la franquicia que lo drafteo, equivocaron su nombre y lo cambiaron. Stauskas se convirtió en 'Sauce Castillo' por obra y gracia de la inteligencia artificial. A sus compañeros le hizo tanta gracia que se lo llevó puesto.

Otros le recuerdan por el troleo de media liga -y parte de la NFL- cuando estando en los Nets, un adolescente le preguntó en Twitter si le prestaría la novia para ir a una fiesta del colegio, para el que carecía de pareja. Le retaron a lograr un número elevado de retuits. Los deportistas profesionales comenzaron a hacerlo en masa y la chica terminó por ir al baile. Un vida de anécdotas. Su mejor partido, 24 puntos (5 de 8 en triples), sirvió para amargar el debut soñado con los Lakers de LeBron James, su ídolo infantil.