El porvenir incierto del capitán azulgrana

Ese modo de volver al inicio del rellano en vez de alcanzar el piso superior ha girado aún más la tuerca esta temporada difícil, de ardua lucha en los dos frentes -muy especialmente el continental- y un plantel reducido frente a la eslora inmensa de otros competidores que forman la aristocracia europea. Motivo suplementario, tal vez, para que 'Ili' participase más minutos en la pista con el fin de contrarrestar longitudes y anchuras rivales. O no, según la tendencia del mariscal a manejarse con un puñado de soldados fieles hasta el extremo y premiar o lo contrario según las aportaciones diarias de sus hombres. Y no es Ivanovic un hombre que se case más que con su esposa. Poco le importan los linajes o la falta de ellos si los protagonistas le rinden o al revés.

Y resulta que durante el ejercicio concluido a principios de mes en Valencia -tierra prometida hace un año por la cuarta ACB de la entidad vitoriana- Diop ha cerrado la batería interior por minutos y ascendencia en el grupo. El entrenador montenegrino lo ha considerado el tercer 'cinco' por detrás del 'elegido' Jekiri -poste que se ajusta a los requerimientos del técnico- y de Fall, un condicionador de partidos por envergadura 'tipo Tavares' que no ha terminado de llenar los deseos del jefe de pista.

Así que el canterano, capitán y cupo formativo que tanto se aprecia en un mercado que busca rendijas donde sea, viajaba en el furgón de cola junto a Kurucs y Raieste. Campaña en la que Sedekerskis ha calzado las botas de siete leguas para meterse como integrante de pleno derecho en el ejército de Dusko. Una pena que el nacido en Dakar y residente en la capital alavesa desde hace once años -tiene ahora veintiséis- no se haya asomado a la cumbre después de arrancar tantas veces desde el campo-base.

Mal año para dejar de fumar, que diría un adicto a la nicotina por la acumulación de adversidades. A la inactividad dentro de un club se encadena, por lógica, la ausencia de unas preselecciones dictadas por Sergio Scariolo en las que Ilimane ya se incluía, o cuanto menos sonaba, como un hecho natural.

Tan cierto como que el capitán baskonista no ha acudido a los grandes éxitos es que se quedaba varado tras la última criba. De hecho, superó el primer corte para los Juegos Olímpicos de Río (2016) que redujo el bloque a dieciséis componentes, pero sin obtener el premio gordo de entrar en la lista definitiva de los doce apóstoles. Incluso debutó el canterano del Buesa Arena con el combinado español absoluto en un amistoso contra Angola que acogió Burgos ese año. Entonces aportó cuatro puntos y tres rebotes al rotundo triunfo (85-61) de La Roja.

Una lástima que el dudoso porvenir de Diop dentro del cuadro vitoriano guarde tanta relación con esa especie de los pasitos para adelante y otros hacia atrás de la famosa letra musical. Porque en las noches buenas ha demostrado aptitudes inconstantes de defensa y amenaza ofensiva con triples frontales. Las virtudes, unidas a su longitudinal físico, que sólo eran una intuición de adolescente, cuando le incluyeron en el quinteto ideal del Europeo sub'16. Una de las tres medallas de 'Ili' con las categorías inferiores de la selección nacional.