Ponga una queja formal, que algo queda

Miércoles, 29 de enero 2025, 23:52

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El Baskonia se levantó el pasado viernes cabreado. La bronca era de órdago después de que se le escapara por muy poco el triunfo en la cancha del Real Madrid. Al dolor por una derrota con la que se perdía una gran oportunidad ... de acercarse a puestos de play in se sumaba la indignación por sentirse víctima de una cadena de decisiones arbitrales erróneas. En el análisis azulgrana, hay una canasta que se le suma al Real Madrid fuera de tiempo en la primera parte debido a un error en el reloj de posesión que no revisan los colegiados. Más adelante, la entidad de Zurbano detecta una serie de situaciones de juego en el último cuarto en las que se siente perjudicado. Existe una falta de Tavares en el mate de Luka Samanic que los árbitros no castigan y que hubiera sido merecedora de un tiro libre adicional (74-73, minuto 34). Instantes después, los colegiados revisan en el 'instant replay' una personal sobre Campazzo y resuelven que se produce en acción de tiro. Fueron tres lanzamientos libres anotados por el base argentino que, a juicio del club vitoriano, nunca debieron subir al marcador (79-75, minuto 36).

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El agravio sigue con una técnica pitada a Pablo Laso tras protestar otra personal en contra que otorga tres tiros libres a Dzanan Musa (84-75, minuto 37). Es el punto crítico tras el cual el equipo de Laso logra un parcial de 0-13 con el que entra en el minuto final con un 84-88 a favor. Luego llegan los tres tiros libres errados por Forrest y Samanic y el festival de Mario Hezonja, con dos triples que devuelven a la vida al Real Madrid. El último de ellos, el mismo que decide el partido, lo emboca el croata tras cometer pasos. La última acción puede que colmara la paciencia del Baskonia, que monta un vídeo con los 'pecados' arbitrales que más le duelen y remite a la Euroliga lo que, con cierta pompa y boato, se define como una queja formal.

Laso dialoga con el colegiado en el partido ante el Real Madrid. Carlos Gil-Roig

Servidor lleva unos cuantos años informando sobre la actualidad azulgrana y recuerda un puñado de quejas formales respecto a actuaciones arbitrales trasladadas por el Baskonia a la Liga ACB y a la Euroliga. El vídeo como soporte para reforzar la reclamación desnuda la actuación de los colegiados, pero no es menos cierto que las direcciones de Arbitraje de las competiciones en las que lucha el club vitoriano tienden a ser poco receptivas con este tipo de pataletas. En realidad, sobrellevan las protestas con serenidad y, si toca la llamada telefónica de rigor, con el altavoz del móvil alejado de zonas sensibles del oído. El arbitraje es uno de esos aspectos claves en los que todos intentan influir. Lo saben entrenadores y jugadores y en ello se aplican durante los partidos. También lo saben los clubes, que buscan resortes para hacer saber a los 'jefazos' arbitrales que también existen. En la Euroliga, de vez en cuando se emite un comunicado en el que se reconocen algunos errores arbitrales en determinados encuentros en los que resulta flagrante la mala aplicación del reglamento. En el caso del encuentro celebrado el pasado jueves en el Movistar Center madrileño, no hubo asunción pública de errores desde la máxima competición continental.

El enfado del Baskonia es comprensible y legítima su queja tras la derrota ante los merengues. Pero no desviemos el foco de las razones por las que se pierde el partido; tres tiros libres que no se anotan cuando más falta hacía. Cierto que hay una situación clave que decide el encuentro en el que Hezonja comete pasos. Sin embargo, es de esos lances dificilísimos de discernir en tiempo real. Los árbitros no lo vieron y tampoco hubo protesta inmediata de ningún jugador baskonista en cancha ni desde el banquillo azulgrana.

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Que los pies del croata se mueven tras recibir el balón y antes de botar a derechas y liberarse de la defensa de Moneke se detecta tras revisar la jugada varias veces delante de una pantalla. Es lo que hicimos todos a la mañana siguiente cuando nada tenía ya remedio. Luego, se puede abordar el ejercicio de rearbitrar un partido y elucubrar sobre diferentes finales posibles dependiendo de la canasta que tuvo que haber subido al marcador, de la falta que no se pitó o de los tiros libres asignados a uno u otro equipo. Puestos a ponernos borgianos, nos metemos entonces en un jardín de senderos que se bifurcan con diferentes desenlaces. Todos ficticios y todos a favor de nuestros intereses. Luego, queda el recurso de la queja formal, que suele dar salida al 'calentón', pero también con su componente estratégico. ¿Recuerdan quién es el próximo equipo que visita el jueves el Buesa? Nada menos que el Barcelona. Suerte al trío arbitral asignado par impartir justicia en este partido.

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