Achille Polonara (Ancona, Italia, 1991) es padre e hijo de Vitoria. Aquí evolucionó como jugador y bautizó con el nombre de la capital alavesa a su primera criatura. En unos meses nacerá el segundo. «Se llamará Achille Júnior». El italiano, emblema azulgrana el curso pasado, ... es feliz en Estambul y ratifica que la decisión de marcharse fue difícil. «Espero que solo sea un hasta pronto», suspira a pocas horas de medirse a sus excompañeros del Baskonia.
– ¿Ilusionado por el hecho de volver a Vitoria?
– No puedo esperar más. Desde hace un mes me estoy imaginando en el Buesa. Quién dice un mes dice dos (risas). Volver a Vitoria es volver a casa, que es lo que sientes en los sitios que has sido feliz.
– ¿Cuántas fotos guarda en su móvil de su etapa baskonista?
– Miles. A veces me pongo a verlas. Mis favoritas son las de la Liga de Valencia. Ahora veo todos los partidos del Baskonia. Si no puedo en directo, en diferido. Ver que está la afición me alegra mucho.
– ¿Qué le contará a sus hijos sobre el significado del Baskonia en su carrera?
– El primer equipo de Euroliga en creer en mi habilidad. Entrenar a este nivel me hizo mejorar. Y luego el año pasado, ya con un papel más protagonista, gané mucha experiencia, responsabilidad y confianza. Fue mi mejor año, así que cómo no le voy a tener cariño al club y a la ciudad. Fuera de la pista también fue muy importante para nosotros por la niña. Mi mujer me dice que nos compremos una casa en Vitoria y nos vayamos a vivir allí.
– ¿Pasó alguna noche sin dormir antes de decidir marcharse?
– Tanto no, pero no fue una decisión fácil. Le di muchas vueltas pensando cuál sería la mejor situación para mi carrera. Me fui del Baskonia pero espero que sea un hasta pronto. Me gustaría volver a jugar aquí y espero que al club y a los aficionados también.
– En Teramo y en Varese pasó problemas económicos. ¿Fue algo que le hizo decantarse por la oferta del Fenerbahce?
– No me afectó. Fue el presentimiento que yo tuve. Y tampoco fue una oferta económica muy superior a la del Baskonia, estaban ahí, ahí. Decidí así porque el Fenerbahce en los últimos años ha estado mucho en la Final Four y los play off, tienen mucha ambición y había armado un gran equipo. También el Baskonia es un club muy importante, que no se malinterprete, pero tenía que decidir entre dos cosas muy buenas.
– ¿Con Henry lo habló?
– La verdad que no. Yo fiché antes y él me llamó para darme la enhorabuena y decirme que estaba a punto de venir también. Jugar con él me hace bien porque es como un hermano y conectamos mucho. Está loco pero es un loco bueno (risas).
Margen de mejora
– Su caso derriba los prejuicios de que cumplir 30 años es el inicio del declive del deportista.
– Sí. He llegado tarde a la Euroliga, pero creo que tengo margen de mejora. Aunque sean pequeños detalles, pueden llegar a marcar la diferencia. Y físicamente me encuentro igual que cuando era más joven, así que no hay motivos para pensar que vaya a jugar peor.
– ¿Es Dusko Ivanovic el entrenador más importante de su carrera?
– Sí. Me dio mucha confianza y la posibilidad de fallar. El año pasado jugué muy mal varios partidos, sobre todo al final por la lesión que tuve, y aún así me sacaba 30 y 35 minutos. Creyó en mí desde que llegó y siempre le tendré en mi corazón. No descubro nada nuevo si digo que está muy preparado y es un experto.
– ¿Le envió algún mensaje cuando fue despedido?
– Le felicité la Navidad y poco más. Tuvo un mal arranque de temporada, pero creo que todos los baskonistas están orgullosos de él y se pondrían muy contentos si vuelve a trabajar con ellos.
– ¿Empezamos a ver al Fontecchio de los Juegos Olímpicos?
– Es un jugador total. Muy físico, atlético, con talento, que puede hacer muchas cosas y cada vez está jugando mejor. Y luego es un tío fenomenal. Buena persona, muy positivo, competitivo, ambicioso. Creo que es ideal para el carácter Baskonia. Me gusta verle ahí, en buena forma, y está contento de estar en Vitoria.
– Su mejor momento de la temporada fue con Henry a los mandos cuando De Colo estaba lesionado. ¿Cree que juegan mejor separados?
– Son muy diferentes pero dan mucho al equipo. Henry de base y De Colo de escolta pueden ser diferenciales. Los buenos tienen que jugar juntos. Al final se entenderán. Les necesitamos a los dos porque llevamos tres semanas sin jugar Euroliga y nos han quitado tres victorias contra los rusos. Tenemos que ganar muchos partidos para entrar en el play off, pero también jugar tranquilos y que la presión no nos afecte.
Una caña asidua en Ullibarri: «Soy muy malo como pescador»
– ¿Cuánto ha cambiado su rutina en Estambul?
– Es muy diferente, sobre todo por el tráfico. Cinco minutos en coche en Vitoria son treinta allí. Es una locura. No es una ciudad tranquila pero me gusta mucho porque cada día puedo hacer algo nuevo.
– ¿Le miran mal por la calle los del Efes?
– Tengo suerte que el Fenerbahce es el equipo más seguido de Estambul, pero si vas a la parte europea, donde están los del Besiktas y el Galatasaray, puedo tener problemas (risas). La verdad es que nunca me han dicho nada malo por la calle.
– ¿Ya ha podido ir a pescar en el Bósforo?
– No, porque soy muy malo. Necesito alguien que me ayude y aquí todavía no conozco a nadie que venga conmigo. Tengo que esperar a cuando vuelva a Italia o a Vitoria.
– ¿Iba mucho por Ullibarri?
– Sí, siempre que no llovía o hacía mucho frío. Desde Elorriaga, en cinco minutos estaba y pasaba el día con mi familia.
– ¿Qué otras aficiones tiene más allá del baloncesto?
– Ninguna fuera de lo normal. Estar con mi familia, amigos, viajar y hacer cosas nuevas. Soy inquieto y no puedo aburrirme.
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