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Rokas Giedraitis atrapa un rebote en presencia del barcelonista Kalinic. carlos gil-roig

El pinchazo del capitán baskonista

Giedraitis lleva un noviembre de tránsito por el valle tras un prometedor arranque de temporada en el que apuntó a la cima

Martes, 29 de noviembre 2022, 00:22

Con el respeto debido a Rokas Giedraitis, quien sin duda se lo ha ganado. Pero tampoco sirve de nada silbar al viento como si nada ocurriera. Sucede que el capitán del Baskonia vive inmerso en un bache del que, muy probablemente, saldrá. Por actitud, que ... mantiene incluso en este noviembre de tono gris marengo para él. Y, desde luego, apoyándose en el talento que lleva de serie y no le puede abandonar en apenas unas semanas.

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Lo dicho. Disimular no solventa el problema. Y como tantas veces se observa en un deporte al que respaldan las estadísticas, en este período arduo para el capitán confluyen las impresiones y los números. Aunque quizá las primeras salgan mejor paradas de la ecuación que los segundos. En el sentido de que el alero lituano, recién estrenado el brazalete, ha ejercido realmente de guía espiritual para el grupo en sus fases de mejor rendimiento. A base de esos intangibles que no aparecen en las tablas de Excel, pero sí contribuyen a la causa común. Como su empeño defensivo, la atención a las líneas de pase desde el lado débil o sus esfuerzos para paliar la tara estructural del rebote.

Pero tampoco conviene engañarse. Además de esa faceta poliédrica que en el prometedor comienzo de la actual temporada recordaba a la 'versión Rokas.01' de su primera campaña, Giedraitis preocupaba a los adversarios por la puntería exterior consustancial a sus genes bálticos. La secretaría técnica de Zurbano lo importó de Berlín -fertil sucursal que envió un año después por la vía del reclutamiento a Fontecchio- según muchas razones objetivas. Entre ellas, y a la cabeza, su capacidad para herir desde la distancia. Y ahí está fallando el capitán del cuadro alavés mucho más de la cuenta.

Ocho compromisos ha afrontado el Baskonia en este noviembre a punto de despedirse. Tres corresponden a la ACB y cinco a la Euroliga. Teniendo en cuenta todos, brota una conclusión desalentadora que el protagonista puede revertir porque tiene la capacidad para ello. Y en este mes de convulsiones habituales en el banquillo de Betoño -no ahora, desde luego- las cifras de Giedraitis emprenden la trayectoria descendente del tobogán. 6,9 puntos de promedio y un escaso 29% de puntería desde el arco de tres puntos. Muy por debajo del 44% en octubre y del casi el 40% que ha acreditado desde los 6,75 metros al término de los dos ejercicios anteriores. Especialmente remarcables son sus tres aciertos de 17 tiros lejanos en las citas continentales del mes.

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Caída

El alero lituano ha perdido cuatro puntos y seis créditos de valoración con respecto a octubre

Segundo plano

Esta pérdida de la precisión afecta sobremanera a los aleros entre cuyas labores fundamentales figura la de anotar en tacadas de tres puntos. Claro que en este conjunto armado para correr y tirar su falta de tino se nota menos por la cantidad de pistoleros dispuestos a abatir piezas a través de la mirilla telescópica. No sólo los hombres específicos del perímetro (Howard, Thompson, Henry y Marinkovic sobre todo), también falsos interiores (Hommes y Díez) o un pívot como Costello.

La disposición de Rokas a ayudar al equipo no alberga dudas. Pero parece evidente que el propio jugador se halla metido en un bucle y necesita reparar el pinchazo para inflarse otra vez de confianza. Y volver a encarnar uno de los papeles protagonistas dentro de esta obra coral que porta el escudo del carnero en el pecho. En vez de esta encomienda secundaria que, extraviada la puntería, encarna sin corresponderle por naturaleza.

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Aquí acuden los datos para respaldar lo que la parroquia azulgrana ya ve en un Rokas desazonado. Los once duelos del cuadro alavés entre el 30 de septiembre (debut ante el Unicaja en el Fernando Buesa Arena) evocaron el impacto súbito del alero báltico desde que llegó a Vitoria, procedente de la liga alemana, en el verano de 2020, para cumplir un primer curso entre el notable y el sobresaliente. En este arranque de su tercer ejercicio azulgrana firmaba 11,1 puntos con un 43,6% de precisión desde el arco.

Cantidades que se han ido desplomando en noviembre. Cuatro puntos menos anotados, casi seis créditos de valoración por debajo de octubre y un 15% de caída en el mercado bursátil de los triples. Pero la parroquia confía en el ladrido del 'husky'.

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LA CIFRA

28,6%Es el acierto del exterior báltico desde la línea de tres puntos en el mes de noviembre.

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