Una pieza de caza mayor al alcance

Archivado el primer episodio de la nueva era con victoria, al conjunto alavés le toca afanarse en la virtud de la continuidad para reconducir su rumbo en la Euroliga. La magnitud del rival de esta noche recomienda cautela, aunque la escuadra rusa protagoniza un inicio titubeante e incluso parece humana.

El CSKA sigue contando con una plantilla superlativa bajo la dirección siempre tempestuosa de Itoudis, pero su balance reciente apunta a turbulencias. Cuatro derrotas acumula en los últimos cinco partidos, con tropiezos ante el Asvel, Mónaco, Fenerbahce y Barcelona, confrontados con una victoria ajustada ante el Maccabi.

Su irregularidad puede ser un defecto a explotar para un Baskonia que en este momento es una auténtica incógnita. La llegada de Spahija ha podido dar a la plantilla azulgrana cierto respiro en lo emocional, pero su decálogo apenas ha tenido tiempo de asentarse. En cualquier caso, si algo se atisbó ante el Estrella Roja es que el eje ofensivo invita a girar alrededor de un Wade Baldwin dueño del balón y con licencia para tomar sus propias decisiones. Hubo otras pinceladas que aún no completan el cuadro; el gran protagonismo de Steven Enoch bajo los aros o la tímida reaparición de Landry Nnoko, castigado por Ivanovic en la derrota ante Gran Canaria y que ahora parece arrancar como uno más. Entre medias, todo un equipo que reordenar.

El Buesa Arena acoge hoy un clásico. Está por ver si la llegada del CSKA anima un tanto la afluencia de público al coliseo azulgrana, con bajos registros esta temporada en la ocupación previa a la pandemia. El plantel moscovita deja rasgos de vulnerabilidad en las últimas jornadas y, además, llega a la capital alavesa después de una batalla de desgaste desaforado en la cancha del Barcelona. Los de Itoudis abandonaron el Palau a última hora de anteayer tras un intenso pugilato en el que cayeron a los puntos (81-73). El partido resumió el estado presente del CSKA: una primera parte en la que entregó el dominio del juego y del marcador a los catalanes para después dar paso a una reacción contundente que convirtió el choque en poco menos que una justa a mamporros. Los rusos terminaron perdiendo, pero su despliegue físico tras el descanso pone en alerta a los baskonistas de cara al asalto de esta noche. En las filas vitorianas se mantiene la duda de Matt Costello, aún con molestias en la rodilla.