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El Baskonia que protagonizó un fiasco mayúsculo en la Copa del Rey con su eliminación en cuartos ante el Joventut es el mismo equipo que acumula casi dos meses de dura readaptación tras las lesiones de dos referentes como Shengelia y Granger. Es la misma ... escuadra que ha corregido su trazada en la Euroliga tras despedir a Pedro Martínez y abrir el tercer capítulo de Velimir Perasovic, con los consiguientes traumas que suele deparar un relevo de semejante calado en el libro de estilo. También es el mismo plantel que dispone de tres jugadores para los puestos de escolta y alero mientras el retorno de Patricio Garino no sea un hecho, que cuenta con dos bases de estilos contrapuestos y que, en los momentos difíciles, puede que eche de menos una pieza más.
Es el Kirolbet de las imperfecciones y de las grietas, aunque también un grupo que intenta modelar un baloncesto de alto despliegue de energía. El esfuerzo está garantizado con Perasovic al mando, pero hay averías que no se arreglan solo con sacrificio. La decepción copera atrapó al Baskonia hasta hundirlo nada más bajar la bandera, cuando su motor quedó parado y silencioso. Falló en un instante clave de la temporada la misma maquinaria que desde principio de año ha forzado sus resortes para sobrevivir ante la limitación de efectivos.
Cuando se imponía la obligación de ganar a un rival teóricamente menos poderoso, el apagón fue general. Ni hubo referentes claros sobre la cancha ni soluciones desde el banquillo. Perasovic tuvo que digerir su primer mal trago serio desde que tomó el mando azulgrana. Los corrillos coperos, siempre dispuestos a encumbrar y despellejar actuaciones, elevaban a los altares a Laprovittola mientras apuntaban al entrenador croata como responsable de no haber buscado alternativas para frenar al argentino en el duelo de cuartos. El torneo del k.o y su formato tienden a generar héroes y villanos de manera instantánea. En cualquier caso, el Baskonia no mostró cintura táctica ni impuso una pegada física de la que, al fin y al cabo, tampoco anda sobrado. El Joventut venció desde el ataque a media cancha mientras el Baskonia sufría para respirar con soltura.
En este tipo de duelos, tensos para el favorito, la calidad tiende a ser la llave que desbloquea muchas situaciones. Laprovittola acaparó todo el virtuosismo que le faltó al conjunto azulgrana. No hubo desatascadores exteriores más allá de la iniciativa de Janning. Shields y Hilliard volvieron a ese tono menor que los convierte en jugadores voluntariosos pero alejados de las expectativas que el club azulgrana tenía cuando los contrató el pasado verano para suplir a Timma y Beaubois.
El talento que gana encuentros decisivos no es desbordante en la actual plantilla azulgrana. El problema es que tampoco resulta fácil equilibrar esta carencia con una conjura colectiva más sólida cuando hay jugadores que se quedan rezagados en una rotación ya corta.
El Baskonia actual se sostiene sobre el fuego de Vildoza, la multifuncionalidad de Janning, el oficio de Huertas y la unión de fuerzas bajo los aros de Voigtmann y Poirier. Son las piezas más constantes, aunque la Copa volvió a ser para el alemán un escenario maldito. Mientras, Diop choca contra sus propios deseos de encajar en la idea de juego de Perasovic y Jones es una pila de recambio que le pone ganas, derrocha fuerza y también tiende a pasarse de frenada.
Este es el esquema, alejado del ideal, que debe gestionar Velimir Perasovic ahora que el primer gran título en juego ha pasado de largo. La frustración copera debe ser de digestión rápida. Se impone un rearme inmediato ya que el conjunto azulgrana mantiene intactas sus opciones de alcanzar los cuartos de final de la Euroliga. La lucha se retoma el jueves con la visita al Barcelona.
El choque ante los de Pesic será una primera muestra de hasta qué punto ha cerrado la herida abierta por el Joventut, si quedan secuelas tras el derrumbe en el WiZink Center. Las próximas fechas también constatarán si el club azulgrana acelera la búsqueda de un exterior con capacidad anotadora o si se toma el tiempo que el mercado y los resultados le concedan, tal y como sucedió con la incorporación de Jones. Con todas sus tribulaciones a cuestas, el Baskonia ha sido capaz de no salirse del camino correcto en las fases regulares de la ACB y la Euroliga, pero la Copa del Rey ha destapado su falta de eficacia en un combate al k.o. Habrá más choques durante el curso para constatar si fue un accidente o no.
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