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La última vez que un jugador del Baskonia saltó a la cancha con una máscara se mascó la tragedia. Shengelia, que se había roto los huesos propios de la nariz en un encontronazo con el brazo de Singleton, del Barcelona, se vistió la protección para ... acabar topando con la rodilla de Campazzo y caer lesionado, unos días después. Aún se espera su regreso. No tiene fecha exacta, pero Velimir Perasovic confirmó ayer que la recuperación parece «ir bien» y que tanto el capitán como Jayson Granger deberían estar disponibles «para primeros o mediados de abril». Es decir, con suerte, para el play off de la Euroliga.
Llegar hasta allí, aunque en falso llano descendente, parece que será una odisea hasta el último segundo. A los conocidos problemas físicos se suma la rotura de la nariz de Ilimane Diop, que jugará hoy con máscara, como ya hiciera el capitán hace dos meses y medio.
Todo viene por un golpe fortuito que recibió en el entrenamiento del miércoles. Ayer no se ejercitó con los compañeros, a la espera de que llegue la prótesis, y esta tarde (20.30 horas) no hay razón para que no rinda al nivel habitual. Necesitará Vincent Poirier que le dé buenos minutos de descanso. Los interiores del Buducnost, Goga Bitadze y Devin Williams -que no estaban en la plantilla en el partido de ida, en noviembre-, Earl Clark y Danilo Nikolic (fino triplista) obligarán a fajarse bajo los aros. «Es un equipo diferente del que encontramos en Pogdorica en la ida», explicó Perasovic. En aquel partido aún estaba Pedro Martínez en el banquillo. «Han metido muchos jugadores nuevos y para mí tienen mucha calidad. Fuera de casa juegan incluso mejor que en su pabellón. Solo hay que ver lo problemas que pasó le Maccabi recientemente. Tienen calidad para ganarnos», señaló. Es evidente que el Kirolbet es favorito en este encuentro, pero deberá demostrarlo en la cancha. Si no está a un buen nivel, no sacará el partido.
No ha trascendido quién ha sido el toro capaz de romperle un hueso a Diop. No es tarea sencilla. El único que no pudo ser es Matt Janning. El de Watertown no ha participado en toda la semana en las sesiones grupales. Se reincorporó ayer por la mañana. Para probar. Duele su fascitis plantar. Hoy se tomará la decisión definitiva sobre su presencia. Parece que forzarán. No queda otra.
«Lo de Janning es preocupante. Todo depende de sus sensasiones. Si tiene dolor o no. Podría ser que tengamos que infiltrarle un día más y que se pierda después otros partidos hasta que se dé una mejoría. Su concurso fue importante contra el Khimki, pero después la mejoría no ha sido como esperábamos. Pensamos que podría estar contra el Breogán, porque se sentía bien y le necesitábamos ya que defienden mucho en zona, pero desde el calentamiento se le veía mal. El entrenador ve enseguida cuando un jugador arranca a correr y cojea. Y cojeaba en Lugo, como cojeaba contra el Barcelona. No puede estar así todo el rato», zanjó el asunto el croata.
El mayor atractivo de la visita montenegrina al pabellón del paseo de Zurbano es la presencia de un chico de 19 años: Goga Bitadze. Es el líder de un equipo que ha fichado a tres americanos este invierno. El base anotador Norris Cole -18 puntos de media en los 11 partidos que ha disputado-, James Bell y Devin Williams. Ninguno alcanza al adolescente georgiano, que apunta ya a la NBA. Bitadze faltó la semana pasada contra el Olympiacos, pero el lunes estuvo sobresaliente en la Liga Adriática, promedia 11,9 puntos, 6,4 rebotes y 2,7 tapones en sus nueve duelos europeos. Pasa 25 minutos en cancha con una asombrosa valoración media de 16,4 créditos.
A ellos se le suma lo conocido de la primera vuelta. El talento de Edwin Jackson, el saber hacer de Clark y Clarke y la heterogénea figura de otro joven, Nikolic, que apuntaba alto pero se ha estancado...
También cambiaron de entrenador. Jasmin Repesa, viejo conocido de la ACB, la Euroliga y Perasovic -que le sustituyó como seleccionador croata en 2015- lleva las riendas de los balcánicos desde que despidieron a Aleksandar Dzikic por tener solo tres victorias en 15 partidos. El croata lleva las mismas en los diez que ha disputado. Los tres los ganó seguidos. Darussafaka, Real Madrid (al que dejó en 60 puntos) y Gran Canaria. Desde entonces, 5 derrotas.
El Buducnost de Repesa pelea, pero cuando el rival supera los 75 puntos termina perdiendo. Lo mismo que le pasa al Baskonia cuando no los alcanza, por cierto. Ganar al décimoquinto de la clasificación, apeado ya de cuartos, parece un pequeño paso, pero será una zancada en el camino hacia el Top 8.
Se nota que inventaron el teatro. El drama, lo bordan, pero en la comedia no tienen rival. En las últimas horas, varios medios griegos se hicieron eco de un supuesto contacto del Olympiacos con los responsables de la Liga Adriática para saber qué debe hacer si quieren jugar en ella el próximo curso.
Los de El Pireo están en pie de guerra desde que se marcharon en el descanso de la semifinal de Copa, contra el Panathinaikos, cómo no, para denunciar lo que consideraban un robo arbitral.
Los vecinos verdes de Atenas, a los que les gusta más molestar a los del puerto -y viceversa- que a su dueño Gianakopoulos, reaccionaron a media tarde enviando otra carta a la competición balcánica para apuntarse también al éxodo. Según se ha publicado, la misiva roza el acoso. «Nosotros siempre estaremos en la misma competición en la que se dé de alta el Olympiacos», justifican la solicitud de información.
Lo de estos dos antiguos gigantes es una bufa. El domingo tienen derbi y el Olympiacos, por el momento, se niega a jugarlo.
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