Gasol y su familia durante el homenaje promovido por los Lakers. AFP

Pau Gasol y la fuga de talentos

Mientras el mejor jugador de nuestra historia es ya leyenda de los Lakers, no hay redes para frenar la marcha promesas por madurar que sufre nuestro baloncesto

Pepe Laso

Martes, 14 de marzo 2023, 00:22

Al mejor jugador de la historia de nuestro baloncesto los Lakers homenajean colgando su camiseta de lo más alto de su pabellón. Pau Gasol hace compañía a Kobe Bryant y a quienes tantas noches han hecho feliz con su talento al público. Los Ángeles, una ... de las zonas más ricas del mundo, paga un tributo de agradecimiento. La sociedad norteamericana es indudablemente más agradecida con sus estrellas que la europea.

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Ahora se empieza a valorar lo que aquella generación de jugadores ha dado al deporte español. La historia no se repetirá, no porque no vayan a salir jugadores de similar talento, sino por las circunstancias que conforman sus carreras. Todos los que se van retirando iniciaron sus trayectoria en el baloncesto nacional: Rudy y Ricky en Badalona, los Gasol en el Barcelona, Llull en Madrid… Ellos se unían en verano para pasárselo bien y de paso hacernos felices. Las figuras de hoy, me temo, no van a ser producto de nuestro baloncesto. El primer caso es Santi Aldama, hoy titular en un equipo de la NBA y un desconocido para nuestra familia. Aunque se oculta, el verano pasado renunció a la selección para mejorar su preparación. No deja de ser prueba de cierta desgana por pertenecer a 'La Familia' que tanto han cuidado federación y jugadores.

Veo jugar a Aday Mara, un joven gigante de Zaragoza. Es la plasticidad personificada, su cara y sus reacciones embelesan. Espero cada semana sus mejores momentos para quedarme pasmado. Me entristece saber que nos va a dejar antes de que los aficionados del Buesa puedan degustar su juego. Son sólo dos ejemplos, no únicos. La NBA tiene abierta una 'universidad' que cultiva a los mejores del mundo y en ella ya están algunos de nuestros alevines. Mientras, y sin saberse muy bien los motivos, nuestros dos grandes clubes reclutan a los mejores africanos, sospecho que para convertirse en monopolizadores de las categorías inferiores nacionales e internacionales. Una paradoja: el Real Madrid no es capaz de retener a Núñez, el base madrileño que se ha enrolado en un equipo alemán para preparar su posible marcha a la NBA.

El diagnóstico es claro: somos exportadores de talento en formación, lo cual nos deja sin referencias para los continuadores, con el agravante de que no hay, como en la pesca, medidas mínimas para retenerlos. Se van y, cuando vuelven, llegan con la formación americana: fuertes y sin la finura que aprenden en Europa. No es casual que en los cuatro últimos años los mejores de la NBA han sido europeos. Las consecuencias a medio y largo plazo es que seguiremos sacando grandes jugadores. Serán pocos, menos que Croacia, Lituania o Eslovenia, países menos poblados. No tengo solución para tan acuciante problema de futuro. Casi todo pasa por la economía de guerra en que se mueven los clubes y la federación.

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