Se inicia una nueva temporada baloncestística y parece que, a diferencia de los últimos cuatro o cinco años, tanto el 'mundillo' más próximo como los medios están mas expectantes de lo normal respecto a las posibilidades del Baskonia después de la profunda reconversión veraniega. Circulan ... ciertas dudas sobre el bloque azulgrana e incluso el entrenador ha comentado públicamente sus temores sobre la dirección del juego. Son pálpitos prematuros un tanto atípicos para un club como el Baskonia.
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Las circunstancias avalan esas dudas. Las bajas de dos jugadores tan importantes como Darius Thompson y Rokas Giedraitis dan para intranquilidades. El primero es un formidable director de juego y el segundo es un anotador y reboteador casi siempre fiable. Las incertidumbres se disiparían si los reemplazos del estadounidense y del lituano vinieran acompañados de cierto prestigio. Antes de que se prescindiera de Besson, el entrenador ya apuntó a algunas posibles carencias en el puesto de base. Mal asunto, para los jugadores e incluso para el propio Peñarroya. En la 'Casa' no gustan las demandas publicas. No sé, quizás las heridas de la soterradas discrepancias en el fin de la temporada pasada entre el club y el entrenador no hayan cicatrizado de la mejor manera.
Ocurre que los equipos, en un alto porcentaje de su juego, dependen de la sabiduría de su director. Si es fiable, los tiradores tienen más oportunidades y todos en general toman el balón con esa pequeña ventaja que les permite anotar. En el baloncesto europeo no se puede prescindir de ese tipo de baloncestista. Lo hemos visto en el reciente Mundial; estadounidenses y canadienses, todos talentosos carentes de director, sucumbieron ante el talento del alemán Dennis Schroder. Una vez que sabemos que Besson no cuenta, el Baskonia incorporará algún jugador en la posición de 'uno' más pronto que tarde. ¡Siempre que lo haya, que esa es otra!
Siento predilección por Chima Moneke. Ya sé que no es buen tirador ni muy disciplinado en el juego. Sin embargo, muestra un talante siempre combativo y su juego desbordado le viene muy bien al estilo que hasta el presente ha planteado Joan Peñarroya. El club ha incorporado dos jugadores no solo para el presente. Khalifa Diop, el gigante comprado al Gran Canaria, es pura visión de futuro. En su caso, lo primero será fortalecer la zona, principalmente en la competición europea, y luego verle crecer con el ánimo de hacer caja en un medio plazo. Lo mismo se puede decir del griego Rogkavopoulos. Si sale bien, un éxito más en la lista de descubrimientos del Baskonia.
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Howard y Costello son la garantía que queda del pasado. Kotsar, Marinkovic y Sedekerskis, siempre fiables desde un segundo nivel, se unirán a Moneke para ser el sustento en los primeros compases de una temporada que comienza con dudas. Más que nunca, el equipo necesita un buen inicio para llegar al final de los diez primeros partidos con todo en marcha. Por el bien de todos.
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