La hora de la verdad para el Baskonia

Los demás, hasta los diez que aspiran al 'play off', que se mueven entre las nueve del Barcelona y las doce del Baskonia, son incapaces de mantener una línea estable. Por tanto, y por comparaciones, el cuadro vitoriano cumple con sus aspiraciones mínimas. Algo similar puede decirse de su trayectoria en la Euroliga, en la que lucha por pasar a la segunda ronda.

Con todo, las debilidades baskonistas son fácilmente detectables. Por un lado, la inconsistencia de su juego interior. La incapacidad de parar al pívot bilbaíno Killeya-Jones, dueño y señor de todo lo que corría dentro de la pintura, es el ejemplo más reciente. Tampoco da estabilidad al equipo la forma de ser y de jugar de Howard y Moneke, ajenos al baloncesto colectivo, imprevisibles y con debilidades defensivas; jugadores difíciles de dirigir. Pocas veces habrá tenido Dusko Ivanovic un grupo tan alejado de su concepción del baloncesto; indudablemente es prisionero de un grupo que no le permite actuar con su estilo sólido.

El club entra en las fechas más decisivas de la temporada. Jugar las rondas finales de las dos competiciones permitiría afrontar el futuro con mejores resultados económicos. Llevamos un tiempo escuchando y leyendo cómo en los mentideros se ponen y se quitan jugadores; todo ensoñaciones, no se pueden hacer planes sin saber si hay un millón de euros más o menos en función de la conclusión de las ligas.

Supongamos que el Baskonia se clasifica para las fases finales e incluso que pasa el primer 'play off', que Howard juega como lo ha hecho en algunos momentos de la temporada, que al club le llega la oferta tan deseada por él y que, consecuentemente, lo vende... Todas las conjeturas se desbaratarían. Por tanto, es el momento de máxima concentración y de enfilar los partidos con la actitud necesaria desde el primer minuto de juego, no como sucedió en el primer cuarto frente a los vecinos bilbaínos.