Dos estilos de vanguardia

En ambos casos, la similitud del juego es evidente. Tanto catalanes como malagueños corren sin transición pausada de la defensa al ataque y juegan sin miedo al error. El vitoriano Ibon Navarro somete a los contrarios sin darles pausa y a través de un pensado reparto de minutos que le llevan a las postrimerías de los partidos con los mejores jugadores en el campo pletóricos de energía.

Algo parecido se puede decir de los manresanos, estos todavía con más mérito. A partir de una cuadrilla de jugadores de ACB, Pedro Martínez da lecciones magistrales sobre aspectos como el rebote ofensivo. Cabe resaltar la aceptación por parte del entrenador de las decisiones individuales de sus jugadores aunque algunas sean erráticas. Eso sí, se muestra intolerante a cualquier renuncia al esfuerzo. Pedro Martínez, en la madurez de su carrera, ha incorporado como ayudante a Salva Maldonado, fantástico conocedor del baloncesto. Y no me cabe la menor duda de que en algunos aspectos del juego del Manresa se ve su mano. La escuadra del Bagés es el primer equipo que se ha atrevido a poner un experto con experiencia como ayudante. situación aceptada desde hace muchos años con naturalidad en la élite de los entrenadores NBA.

Por aclarar un poco la idea del estilo, solo decir que Manresa y Unicaja se ajustan al que desarrolló la pasada temporada Joan Penarroya en Vitoria. Como es natural, hay otro estilo de juego en el que las figuras condicionan el tipo de baloncesto. No es lo mismo tener a Facundo Campazzo y Walter Tavares en la plantilla, todavía más elocuente a Markus Howard y Chima Moneke, que no tenerlos. El valor de los entrenadores se mide por cómo saben navegar con todo tipo de tripulación. El legendario Zaljko Obradovic es el ejemplo perfecto.

En la NBA lo tienen fácil, el asunto está resuelto con el escalafón de las plantillas. Resulta impensable que los Lakers puedan ganar sin Lebron o que Victor Wembanyama, la nueva estrella de aquel firmamento, deje de jugar porque los San Antonio Spurs pierden partidos. Sobre estas reflexiones viene a cuento comentar unas declaraciones de Lebron sobre el desembarco de jugadores europeos. Considera que están emborronando el tradicional estilo NBA. Asegura que importan solo jugadores de gran talento ofensivo, como es natural se refiere a Nikola Jokic y Luka Doncic, a los que yo uniría a Domantas Sabonis. Le disgusta que los dos balcánicos lentos y pesados se conviertan en las estrellas de la competición sin la necesidad de exuberantes físicos. Comprendo a Lebron. Como comprendo a la élite de los jugadores estadounidenses, por la frustración que les supone ver con asiduidad a un europeo como el mejor de la temporada. Así son las complejidades de un deporte como el baloncesto.