Derrota y amor propio

Después del descanso, el Baskonia siguió manteniendo la cara. Bien es cierto que las sensaciones eran pesimistas. Muchos kilos enfrente y muy concentrados en el partido. Avanzado el tercer cuarto el conjunto alavés perdía de cuatro. En ese momento, Sedekerskis falló una bandeja solo y esa intrascendente jugada fue como el punto de partida para la debacle azulgrana. Los últimos 12 minutos de partido resultaron un penoso correcalles. Espero y deseo que no afecte a la moral del grupo.

Sí, la derrota es muy dolorosa. Sin embargo, ningún reproche se puede hacer a los integrantes de la plantilla. Alguno no tiene la talla baloncestística para partidos de este nivel y a otros, que sí tienen el talento, les faltan compañeros con físicos apropiados para la Euroliga. Siempre se echan de menos los jugadores que no están, pero sería injusto no lamentar en el día de hoy la incomparecencia de Moneke. En la traca final del choque, el Madrid se gustó mucho, quizás demasiado. Estaba en su derecho. En ese momento, y a partido perdido, los baskonistas sacaron la energía que les quedaba y acabaron el último cuarto con un empate a 27, que habla del carácter del grupo. Este es el motivo para soñar; que el amor propio de los vitorianos hará que vuelvan a casa poco dañados anímicamente. En el Buesa, el equipo debe ser recibido con cariño. Estoy seguro de que veremos un competidísimo encuentro.