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El Baskonia nunca había quedado fuera del play off en la ACB y en su historial lucen cuatro títulos ligueros en el presente siglo. Hasta la actual temporada era el único club que compartía el título de campeón de la fase regular con el Madrid ... y el Barcelona, hito que acaba de lograr el Unicaja y que solo está reservado a grandes equipos. Con estos precedentes, puede asegurarse que la temporada 2023-24 es la más penosa de la historia del Baskonia.
El diagnóstico inmediato es conocido por cualquier aficionado. Pocos jugadores de categoría Euroliga, un arranque sin certezas en el banquillo, la pérdida de jugadores de la talla de Thompson y Giedraitis, suplidos por inexpertos como el griego Rogkavopoulos. La temporada también ha quedado muy marcada por Khalifa Diop. No tengo opinión clara, pero algo debe de ocurrir con él. En el deporte, tanto las victorias como los fracasos son efímeros. Es momento de sanear el vestuario y buscar una nueva cuadrilla. Fácil diagnóstico y difícil ejecución.
El Baskonia tiene condicionantes que limitan su gestión de compra. El más importante es sin duda el económico. Los presupuestos de los equipos de Euroliga crecen año a año de tal manera que el Baskonia no puede hacerlo en las mismas proporciones. La competitividad de ACB somete a los equipos españoles a un esfuerzo que pagan en la competición continental. Otro factor determinante es la necesidad de alinear cuatro 'jugadores de formación'. Según un recuerdo suscrito entre Federación Española y ACB, son considerados como tal todos aquellos extranjeros que entre la edad de 14 años y 19 hayan jugado en nuestras competiciones al menos tres años, circunstancia que añade valor a la renovación de Tadas Sedekerskis. La regla ya tiene unos años y la motivación era proteger a los nacidos en nuestro país de la moda de traer niños de otras latitudes. Luka Doncic es el más famoso de los que se aprovecharon de esta regla.
Los años y la norma han servido de poco. Los más perjudicados son nuestros clubes, que en algunos casos se ven obligados a fichar por documentación y no por valor deportivo.
Viendo cómo llegan los clubes al final de temporada, mucho más los que aspiran a puestos de cabeza, es un hecho que solo se pueden contratar jugadores sanos físicamente y apasionados mentalmente. En un club como el Baskonia en el que la plantilla tiende a ser corta, según parecer ser la norma, es mejor renunciar a talentos como podrían ser Mirotić o Shengelia y buscar en la clase media gente dispuesta al crecimiento. Pongo a estos dos jugadores como meros ejemplos.
No me atrevo hacer un comentario sobre el importantísimo puesto de entrenador. No tengo un criterio. Sería injusto juzgar mal a Dusko Ivanovic dado la incompatibilidad de su carácter con el grupo que le ha tocado dirigir. Por otro lado, se suele dar por hecho que los entrenadores aceptan fácilmente las ofertas de los clubes, pero cada día cuidan más sus carreras y el miedo a equivocarse a la hora de seleccionar destino condiciona su vocación. No queda más que esperar el tiempo de reflexión que se tome el club y saber que la próxima temporada nunca será peor que el actual.
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