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Durante el mes de diciembre el Baskonia disputó la friolera de doce partidos con sus correspondientes viajes. Los jugadores han recibido golpes, asimilado malos momentos y los contratiempos propios de su vida privada, Navidades incluidas. El balance en números es de siete victorias y cinco ... derrotas, digamos que aceptable. Profundizando un poco en el transcurso del mes se comprueba que la primera quincena fue buena: siete encuentros con cinco victorias, algunas de mérito como las logradas ante el Fenerbahce o el Estrella Roja lejos del Buesa Arena. Después, el mes se ha hecho largo. Cinco enfrentamientos, no más exigentes que los anteriores, y un resumen de tres derrotas con la curiosidad de que una de las dos victorias fue ante el potente Anadolu Efes.
El Baskonia de hoy es un buen equipo de Euroliga, con consistencia para aspirar a las plazas que dan derecho a disputar los play off. Llama la atención la falta de solvencia que refleja su juego en la ACB. Acumular siete derrotas en las 16 jornadas disputadas es un balance muy pobre. A falta de una jornada para la clasificación de la Copa, los vitorianos no tienen certificado el pase y les toca jugárselo ante el Real Madrid. Los hechos muestran un equipo que le pesa mucho la doble competición. Se me hace impensable ir a Málaga al gran evento copero sin que esté presente el cuadro vitoriano.
El Baskonia es un equipo muy corto, no soporta bajas de alguno de sus jugadores fundamentales. La lesión de Costello ha roto las rotaciones. La falta de batería interior condiciona el juego colectivo una barbaridad. Hoy, para ser un equipo fiable, tiene que haber un elemento que juegue por encima del aro. Definitivamente, Kotsar no puede hacer ese trabajo, es un jugador sólido pero muy diesel y poco saltarín. Mi gran decepción es Diop, un apellido sin suerte en Vitoria. Parecía que podía ser la referencia que atrajera defensores para liberar a los tiradores. No ha sido así. El Baskonia carece de un grande que genere ventajas para el eterno juego del dos contra dos. Sin ese jugador, ningún equipo es realmente grande.
De todos es conocida la búsqueda constante por parte del club de un base que dirija el cuadro. No tengo tan seguro que fuese la solución para la mejora. Imaginen al veterano Huertas queriendo jugar las treinta veces que hace su juego de dos contra dos en un partido sin tener su compañero de baile. La solidez física del Baskonia se sustenta en Sedekerskis, Moneke y McIntyre. Este último, sin ser un fuera de serie, está haciendo una gran temporada. Los contrarios saben muy bien que cuando el Baskonia gana es consecuencia del brillante juego exterior de sus tiradores Howard y Marinkovic. Para ellos, la vida no es fácil. Siempre hacen tiros forzados que sirven para ganar o perder en función de su acierto. Los contrarios les someten a defensas brutales. En la reciente derrota frente al Armani Milán, los baskonistas solo pudieron intentar 17 tiros lejanos y anotar tres. El Baskonia era un equipo previsible para Messina.
Los problemas de formar plantilla no es patrimonio exclusivo del Baskonia. Se trata de algo generalizado en la competición europea. A excepción del Madrid, ningún conjunto tiene dos jugadores por puesto, el mercado está agotado y envejecido, con mucho baloncestistas importantes por encima de los 35 años. Este y no otro es el acuciante problema del baloncesto europeo, consecuencia de un abandono de la formación, asunto en el que la NBA se ha adelantado llevándose a los mejores jóvenes del continente.
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