Fichajes Baskonia

La apuesta del Baskonia por el músculo

Centrándonos en los tres españoles fundadores de la competición europea queda claro que el fin de temporada marcó mucho los movimientos que van realizando por ahora. El Barcelona, flamante campeón de la Liga ACB y como consecuencia de su derrota en semifinales europeas ante el Real Madrid, dio por terminado el ciclo de Sarunas Jasikevicius en su banquillo. El carácter del entrenador lituano no es para ninguno de los equipos futboleros de nuestro país. Los problemas económicos de la entidad catalana, que son reales, sirvieron de coartada para su cese sin debate público. La salida de Nicola Mirotic desde la misma base económica tiene aristas de difícil entendimiento. La despedida de su público en plena final, tan sorprendentemente aceptada por la afición, denota las certezas de Juan Carlos Navarro en su nuevo puesto directivo. No quiere problemas con la plantilla ni con los jugadores ni con las cuentas de la casa culé.

El Barcelona españoliza el equipo, recurre a un entrenador de casa mirándose en el espejo del paso de Pablo Laso por el Real Madrid. Arriesgado. Jordi Grimau no tiene el recorrido previo necesario. Las llegadas de Willy Hernangómez y Darío Brizuela -por fin el baloncesto le hace justicia- puede darle al equipo la alegría que el 'triste' Mirotic no aportaba.

El título europeo, tan justo como inesperado por parte de los blancos, transforma a la sección de baloncesto del Madrid en una balsa de aceite. Chus Mateo, injustamente cuestionado durante toda la temporada, salva su puesto y sigue sin ni el más mínimo reconocimiento del club, los jugadores e incluso de la prensa. La incorporación de Campazzo y la segura renovación de Tavares son garantía de solvencia. Y la renovación de la tripleta Rudy, Llull, Sergio, obligada. ¿Qué pensará Campazzo? Nada. Tres buenos años de contrato y su talento le vacunan de adversidades. Si explota alguna bomba, ahí estará Mateo para pagar la factura.

Hasta el momento, el Baskonia ha leído bien el fin de temporada. Mantiene en su puesto a Joan Peñarroya, no sin haber dejado claras las dudas. Para conocer mejor las profundidades, los jefes cambian a su ayudante por otro, decisión no trascendental pero sí indicativa de que algo no gustaba. Por ahora, los fichajes vitorianos han priorizado el músculo. Diop, un auténtico portero de discoteca, pondrá su energía en partidos como los perdidos ante el Joventut el curso pasado. Moneke, más de lo mismo; jugador caliente, fuerte que juega todos los días, como Rogkavopoulos. Magníficas incorporaciones. En el puesto de base, Codi Miller-McIntyre y Mannion, exVirtus, son melones pendientes de catar. Es muy pronto para hacer valoraciones al respecto, pero por lo visto Peñarroya tendrá en el campo de juego menos talento y más físico. Toca adaptarse a las nuevas circunstancias.