Guerra entre Hamás e Israel

La peliaguda situación del Maccabi en la Euroliga: cuando el miedo entra hasta la cocina

Hay que retroceder hasta el año 2003 para ver al Maccabi jugar lejos de sus fronteras. El club hebreo se vio obligado a exiliarse en Salónica y jugar dos partidos, ante el Virtus y el Benetton, en territorio neutral en pleno Top 16. Pero el motivo fue la Guerra de Irak de la que tomaron parte los principales países del mundo y no lo que sucedía desde hace casi un siglo en el propio territorio.

Hasta el punto que el Baskonia, que se encontraba en ese mismo grupo, jugó en 'La Mano de Elías' el 6 de marzo, el día en que un suicida palestino causaba 15 muertos y 40 heridos al estallar una bomba en un autobús estudiantil en Haifa, a 90 kilómetros, y el ejercito israelí asesinaba a dos palestinos en un campo derefugiados en Gaza. Semana y media más tarde, Estados Unidos inició la invasión en Irak. «Nos ha perjudicado mucho no jugar en Tel Aviv», lamentó el técnico David Blatt tras caer eliminados.

Para la temporada siguiente, ya nada movió al Maccabi de su feudo. Incluso fueron otros equipos los que pagaron las consecuencias de no querer jugar con semejante clima de tensión. En marzo de 2004, el Pamesa Valencia se negó a viajar a Tel Aviv tras el asesinato del líder de Hamas, Ahmed Yasin. «Con el aumento de las amenazas, el club ha decidido que el equipo no está preparado para ir a jugar un partido en el que nos jugamos el pase a la 'Final Four'», señaló el técnico taronja Paco Olmos. A la semana, el club fue sancionado con una derrota por 20-0 y con 5.000 euros de multa.

Esa primavera, el moderno pabellón de Tel Aviv, en aquel entonces denominado Nokia Arena, albergó y mantuvo la sede de la Final Four. Dos años antes, la UEFA llevó al Maccabi Haifa de fútbol a jugar la Champions en Nicosia para garantizar la seguridad. Sin embargo, el baloncesto tiene un peso mayor en el país y el Gobierno se movilizó para conseguir todos los apoyos posibles, especialmente el del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. La Euroliga acabó claudicando y el Maccabi levantó el título ante su afición.

Ahora la situación es distinta y los dirigentes del propio club han sentido el miedo en sus carnes. Por el momento, la Euroliga aplazó su partido de este jueves y para la próxima semana, han cambiado el orden del calendario para enfrentarse al Valencia en la jornada 3 en La Fonteta. Lo mismo que ha ocurrido con el Hapoel en la Eurocup y los cinco clubes que compiten en las competiciones FIBA. Todo suspendido «hasta nuevo aviso», informó el estamento internacional.

A la singularidad de jugar partidos europeos fuera del continente se le suma la particularidad de entrar en un país en guerra constante. El propio Maccabi organiza los aterrizajes de sus rivales en el aeropuerto de Ben Gurion y se encarga de su seguridad con controles extremadamente puntillosos. El Baskonia vivió dos momentos angustiosos en el mismo aeródromo. En 2011, un aviso de bomba provocó las carreras despavoridas de varios jugadores azulgranas. «Me cagué encima. Se me vino el corazón a la boca», escribió Marcelinho Huertas en Twitter. Finalmente, todo quedó en una falsa alarma.

Lo mismo que en marzo de 2020, cuando el estallido de la pandemia del coronavirus cogió a la plantilla azulgrana en Tel Aviv. El Maccabi, que movió sus hilos para permitirle la entrada pese a las restrictivas medidas decretadas, elaboró un rápido plan de fuga para regresar a Vitoria cuanto antes. Ventajas y desventajas de un país en el que ni sus estrellas como Deni Avdija (Washington Wizards) se libran de hacer el servicio militar.