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Se hace cada vez más duro encender el televisor y ver realities buscando audiencias entre la sangre ajena. Al menos sabemos que el doctor Carballo no entiende de tanques; pero no las tengo todas conmigo ya que la cosa se contagia y los contagios le ... ponen. Contagiar ilusión de nuevo es lo que debe hacer un Baskonia a veces asintomático.
Los berlineses con tantas bajas como en las gradas. Agradable comenzar con triples de Fontecchio y Baldwin para que las redes se fueran acostumbrando. Lo malo es que en tiempos de pandemia se siguen produciendo contagios que no son un bla,bla, Blatt. El partido apretado, con buena leche en el acierto y piques sin piquetes defensivos. Los de Israel sin grandes estrellas pero con jugadores honrados que nos trataban de hacer la vida imposible, sin levantar la voz, ni ser uno de esos equipos que se Jaleen.
Al Baskonia le mantenían su generosidad con el balón, las Rokas sin piedras y ese Baldwin que nos gusta cuando deja de parecer petrificado. Buscaba Spahija un matemático que resolviese el problema con el rebote en aro propio y la derivada del bajón que se produce cuando debe cambiar para que los buenos se despejen. Tras un primer acto donde se mimó al balón por ambos conjuntos el desparrame se adueñó del segundo.
Donaciones que nada tenían que ver con las imprescindibles enviadas a Ucrania, y rebotes sisados, con hermanamiento, entre ataques metidos en líos. Marinkovic y el retorno de Wade unidos a las visitas al tiro libre nos daban lo que los ataques estáticos nos quitaban. Giedraitis comandaba la reacción definitiva que ponía a los locales con 13 arriba, un número muy bonito si no crees en supersticiones. Al relax con un basket sin memoria del país que visitaba Alicia, y sensación de que podíamos estar jugando toda la noche y no nos ganarían ni al Alba.
Empezaban como queriendo Lammers sus heridas pero aquello no fue a Matt de momento. Los amarillos con serios problemas de pérdidas y retrovisor que permitían nuestras transiciones con final feliz. Noche cerrada ya en Gasteiz pero con aros abiertos por Zurbano. Smith nos hacía la goma junto a un Mattiseck sin pelo en pecho al que se sumaban las ingles de un muniqués con apellido brasileño.
Tiempo de oración pedido por Neven, zona 2-3 muy cuca traída desde Torrelavega e igualdad en el tanteador que nos obligaba a rezar lo que supiésemos. Nos aliviaban sus desechos y una puntería exterior que recordaba a una cantera. Por el lituano bueno, su aparecido paisano y Vanja al base salvamos los muebles por la mudanza de quinteto que organizó nuestro coach.
Volvimos a encontrar la paz frente a un equipo contrario que no está para muchas guerras. Minutos para los menos habituales que son muy agradecidos en partidos festivos aún siendo viernes. Los visitantes seguían con sus muñecas rotas lo que habitualmente hace que su rival a poco que atine parta el partido.
La victoria se quedaba al calor de nuestro hogar a pesar de sufrir minutos con una espesa calima que dejaban frío. Impecable la vista de nuestro siempre discutido 5, con 10 asistencias, chollazos de canastas tras sus dádivas y tarde de baloncesto agradable sin ser un regalo. Una más en el casillero que nos viene de padre y muy señor mío en la víspera de nuestro día.
Victoria del Baskonia sin padecimiento y que dominó el tempo del partido ante el Alba Berlín salvo algunas cosas, como diría un político amigo del Caminante. Seguimos mirando a Rusia para poder soñar con Belgrado. Partido sin historia y de esos que hay que ganar sin cuentos.
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