Baskonia
Pablo Laso: «La palabra que me empuja es ilusión»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Baskonia
Pablo Laso: «La palabra que me empuja es ilusión»«Nervioso» en el inicio de su presentación. «Agradecido» al Baskonia por «el esfuerzo y la paciencia» para que pudiera estar de nuevo en Vitoria. Y «sorprendido» por el «increíble» recibimiento que le ha dispensado la afición azulgrana desde que se conoció el fichaje. Aunque « ... la palabra que más me empuja es la ilusión». Convencido del reto que acaba de aceptar. «Seguro que habrá alguno que piense que vaya cagada, pues voy a intentar demostrarle que ha sido lo mejor para el Baskonia y para mí». Fueron algunas de las sensaciones que el propio Pablo Laso tradujo a palabras en una jornada de muchas emociones en el Buesa Arena. «Éste es un día muy feliz para mí», afirmó a modo de elocuente resumen.
Porque «vuelvo a casa». 29 años después de su despedida como jugador del entonces Taugrés. Con un matiz. «Hice una pretemporada aquí con Dusko», evocó el nuevo técnico baskonista con una sonrisa. En el verano de 2002, tercero del montenegrino al frente del equipo; después de dejar el Girona y antes de enrolarse en las filas del Lleida, con el objetivo de mantener el tono físico a sus 35 años. «Consiguió retirarme», bromeó el de San Viator.
Hubo tiempo para todo en su alocución. Para la explicación del fichaje y lo que considera una «magnífica gestión» de los tiempos por parte del Baskonia. «Al final estamos aquí porque queremos y porque creemos que era el momento bueno para los dos». Pero también para las anécdotas y para dejar claro que el nuevo entrenador del Baskonia es un gran conversador. Nuevos tiempos en la sala de prensa azulgrana, donde, a su modo, Pablo Laso empezó a marcar su nuevo territorio. Mucha jerarquía técnica.
Noticias relacionadas
Jon Prada e Iván Benito
Tan dominador del discurso como lo es de la pizarra. Con el mismo arte que tenía en sus tiempos de base para fintar en algunas preguntas y dar buenas asistencias en otras. Quizás le costó arrancar. «Igual es la primera rueda de prensa en la que estoy nervioso», soltó de primeras con la mirada en las inmediaciones de la mesa. Después la levantó para pasar a controlar toda la 'cancha' con la autoridad de quien conoce a la perfección de qué va a esto del baloncesto en general y el Baskonia en particular.
Con guiños a su propia leyenda azulgrana: «Alguno de vosotros cuando jugaba igual no había nacido». Siempre con una razón de ser. «Cuando yo jugué mi primer partido con el Baskonia –allá por 1984, cuando aún no había cumplido los 17 años– hubo un tío en la grada que me decía: 'Éste juega porque es de Vitoria'. Ahí ya tenía presión, era un crío. Ya no lo soy tanto, acepto la presión, cualquier entrenador de cualquier deporte sabe lo que es tenerla y si no sabes vivir con ella no serás entrenador», explicó para recoger el guante de relanzar el equipo que le arroja ahora el club. A Noé le van a hablar de la lluvia.
También hubo guiños al propio club. Como cuando en plena presentación se dirigió a Alfredo Salazar, secretario técnico, para decirle que le iba a dejar sin trabajo cuando un periodista insinuó que su sola presencia en Vitoria podría favorecer la llegada de fichajes. «Creen que yo llamo a un jugador y viene. Por favor, esto es baloncesto profesional. Me encantaría llamar a LeBron James mañana y decirle que deje los Lakers y venga. No creo que ni me coja el teléfono. Al final, el jugador que quiere venir al Baskonia sabe perfectamente lo que hay». Dominio de la situación.
Noticia relacionada
Y mensajes a su nueva plantilla. A Markus Howard, concretamente. La estrella azulgrana, que el curso pasado le endosó 27 puntos en el duelo ante el Bayern. «Si digo el mejor jugador de la Euroliga pues igual lo estoy matando, pero es un jugador diferencial, comprometido con la grada, con el equipo... Que un jugador mío acabó el partido en Múnich y me dijo 'lo que he visto hoy no lo he visto nunca'. No sé si se puede decir esto en rueda de prensa, que las metía con el culo».
Laso vertió emociones, sí, pero con mensaje. Algo parecido a lo que sucede con el propio fichaje. Ilusiona porque es vitoriano, claro, pero sobre todo porque es uno de los mejores entrenadores del baloncesto europeo. Ahí está su palmarés para el quiera rebatirlo. «No ha estado mal, no me quejo», apuntó al mencionar su trayectoria. Pero es precisamente ese gen ganador el que le lleva a mirar más al futuro que al pasado. Siempre desde el 'cortoplacismo' de los banquillos.
«Me encantaría que dentro de tres años la gente de Vitoria del Baskonia dijera 'joder, con Pablo estamos increíble'. Eso será que seguirán creyendo en mí, pensarán que debo seguir siendo su entrenador y significará que yo sigo estando feliz. A nivel deportivo me quedaría en el primer partido de pretemporada, que es el que a día de hoy quiero ganar». Pablo Laso ya está en casa. Y ya marca el ritmo del nuevo Baskonia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.