Olympiacos 74 - 75 Baskonia

El Baskonia da carpetazo a la maldición por décimas

McIntyre resuelve en el último segundo un duelo de vaivenes que mostró a un Baskonia formidable en el segundo cuarto

Jueves, 9 de noviembre 2023, 20:06

Las vueltas que da la vida. Pues qué decir del baloncesto, que este jueves volvió a justificar su fama de deporte extremo para la estabilidad cardíaca. El Baskonia taponó la maldición de El Pireo a siete décimas de la campana final. Saque de fondo propio ... con un punto abajo tras dos tiros libres de Larentzakis y toda la rabia de sentir cómo se escapaba por el sumidero un tercer cuarto azulgrana digno de la memoria histórica. Sube la pelota McIntyre, el Olympiacos se empeña en impedir que reciban los anotadores visitantes de mayor veneno y el base, tal vez el tirador menos fiable sobre la pista, anota una de esas canastas de cinco metros que ya casi no se estilan en la era moderna. La revancha a tantas frustraciones en ese pabellón con forma de txapela invertida.

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Olympiacos

Walkup (-), Canaan (23), Papanikolau (6), Alec Peters (22) y Moustapha Fall (10) -cinco inicial-, Williams-Goss (4), Brazdeikis (2), Lountzis (-), Larentzakis (7) y Milutinov (-).

74

-

75

Baskonia

Miller-McIntyre (4), Howard (11), Raieste (2), Sedekerskis (12) y Costello (7) -cinco inicial-, Chiozza (5), Kotsar (4), Marinkovic (10) y Moneke (20).

  • Parciales 26-20, 9-30 (35-50 al descanso), 25-17 (60-67) y 14-8.

  • Árbitros: Ilija Belosevic, Jakub Zamojski y Kristaps Konstantinovs. Sin eliminados.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de la Euroliga y disputado en el Pabellón de la Paz y la Amistad ante alrededor de 7.000 espectadores.

A Dusko Ivanovic bien se le podría conocer con el sobrenombre de relojero, vista su capacidad para resolver encuentros en lo que dura un estornudo. Dos compromisos continentales en su cuarta etapa como inquilino del banquillo azulgrana y sendas victoria por un escuálido, y valiosísimo, punto. Dos tiros libres de Moneke al Partizan como consecuencia de su rebote ofensivo hace una semana. Y el acierto ayer de un base que no había cuajado, en absoluto, una buena actuación. Premio gordo para la fe del bloque vitoriano, que se repuso a una pésima puesta en escena antes de manejar la tarde en un segundo cuarto monumental y sobrevivir a la vuelta de los vestuarios. Agarrándose al cuerpo del púgil adversario hasta ganar el combate a los puntos. Al punto, más bien.

Vaivenes emocionales

Cara entre las manos de inicio por sospechar la tunda que amenazaba con caerle encima al Baskonia (13-2, minuto 5). Bocanadas profundas de jerarquía al girar completamente el desarrollo del guion (32-50 al borde del descanso). Y el agobio progresivo de padecer las aproximaciones de un cuadro local que, ahora mismo, dista de parecerse al vigente subcampeón de la Euroliga que es. Torneo que no venció en mayo por el último milagro del madridista Llull.

Desde luego, si el grupo de Bartzokas apenas recuerda a aquella versión con Sloukas y Vezenkov se debe a sus problemas propios y al mérito de un Baskonia repleto de confianza en un segundo acto enmarcable en madera de árbol noble. Una reacción descomunal mediante la fe, el ancla permanente de Sedekerskis y la aportación de unos suplentes que se mostraron como integrantes de un 'All Star'. Y buena falta hacían la suma de esos factores para revertir un comienzo desolador.

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La idea primigenia de nutrir a un Costello abierto con el fin de sacar al gigante Fall de la zona y abrir huecos se estrellaba ante los balones perdidos de McIntyre y los severos problemas atrás. El enorme pivot francés del conjunto griego añadió a su arrolladora presencia física una faceta de asistente que favoreció, sobre todo, al exazulgrana Peters. El elegante 'cuatro' de delicada muñeca que castigaba a su pasado mediante triples que los hombres de Dusko ni siquiere llegaban a puntear con la mirada.

Flotaba entonces en la atmósfera para el equipo alavés el fantasma recurrente de El Pireo, ese lugar maldito por las derrotas habituales. Ivanovic miró al banco, agitó el árbol y las ramas nuevas propulsaron al Baskonia hasta facturar el mejor baloncesto de esta incierta temporada. De sojuzgado a dominador, bien expuesto en un parcial de 20-48 a lo largo de quince minutos soberbios. Buena entrada de Chiozza al partido, la mirilla de Marinkovic, el trabajo de Kotsar, la verticalidad hiriente de Moneke sobrevolando todo el escenario y ese Sedekerskis que ha convertido el rebote en un asunto personal.

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Excelente el bloque azulgrana en ambos lados de la pista, deteniendo en seco a un Olympiacos aturdido y corto de recursos, atrapado en botes estériles frente a un muro con la confianza por el techo y un dinamismo arrollador en las transiciones. Tanto que el técnico local pidió un tiempo muerto, en todo su sentido, al bordel del intermedio.

Y el sufrimiento

No hay otro deporte que requiera tantos tensiómetros como este. Se pasa del miedo a la gloria igual que la hegemonía cede el paso a la zozobra. El equipo griego también dispone de su escolta anotador. Canaan se dio por aludido y decidió colgarse todo El Pireo en su espalda. Con unas ayuditas de Peters, muy bien en ataque pero rotundamente superado por Moneke al otro lado de la cancha, fue mordiendo las rentas visitantes a dentelladas. Con esa crecida menguaba el Baskonia hasta el punto de recobrar ventaja el conjunto blanquirrojo a falta de dos minutos (72-71). Y de ahí al final otra pelicula de suspense resuelta de la mejor manera. Con Ivanovic vuelve el 'thriller' que nos tiene agarrados por las solapas..

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Sedekerskis bate sus récords de valoración y rebotes en la Euroliga

El capitán azulgrana impulsó la victoria del Baksonia en El Pireo. Con 12 puntos y 13 rebotes, el lituano firmó 27 de valoración. Una carta estadística con la que batió tres de sus récord individuales en la Euroliga en 104 partidos disputados. Sedekerskis superó los 23 créditos que firmó hace dos semanas en la otra cancha ateniense del OAKA, cuando al descanso defendió la figura de Joan Peñarroya. «Luchamos por nuestro entrenador», declaró. El regreso ahora de Dusko Ivanovic le ha servido para seguir agrandandose. Ayer disputó 35 minutos, su mejor marca también en la competición, lo mismo que los 13 rebotes y las 12 capturas defensivas. El único lunar fueron sus tres pérdidas, número que tampoco había alcanzado hasta la fecha.

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