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Ya se dejó entrever en la fea derrota ante el Gran Canaria y este jueves quedó confirmado en Creta, donde el Olympiacos puso al Baskonia en su sitio. Es ese espacio en el que todas las ambiciones y las teorías sobre las perspectivas ... futuras de un equipo colisionan contra la realidad. No hay lugar para dudas; el conjunto azulgrana no se encuentra en estos momentos preparado para grandes batallas ante oponentes acreditados. Tan cierto es que aún cuenta con una enfermería repleta que le obliga a competir en un formato corto contraproducente como que a la escuadra griega este jueves le faltaban Vassilis Spanoulis, Brian Roberts y que sufrió la baja de última hora de Kim Tillie.
En una situación de carencias compartidas, la respuesta de ambos equipos en el Heraklion Arena fue diametralmente opuesta. Mientras los azulgranas se manejaron como un grupo inconexo y con las ideas colectivas completamente nulas, el cuadro griego fue fiel a su historia reciente. Rocoso y constante a pesar de no contar con su superestrella, el Olympiacos siguió siendo una maquina dominadora. Imperfecta y en ocasiones a medio gas, pero con los recursos suficientes como para abrir la Euroliga 2017-18 con un primer paso seguro. Fue el reverso positivo de un Baskonia de nuevo dubitativo, escorado hacia la iniciativa individual y sin una base mínima para competir con ciertas garantías al nivel que obligaban la competición y el rival.
Olympiacos
Strelnieks (8), Mantzaris (2), Papapetrou (2), Printezis (17), Milutinov (9) -cinco inicial-, McLean (3), Agravanis (13), Toliopoulos (3), Papanikolau (11), Bogris (-) y Hollis Thompson (8).
75
-
64
Baskonia
Granger (12), Janning (5), Timma (3), Shengelia (13), Diop (7) -cinco inicial-, Voigtmann (11), Poirier (3), Huertas (10), Delfino (-) y Vildoza (-).
parciales. 16-12, 25-21, 19-16 y 15-15.
árbitros. Ryzhyk, Borys (Ucrania), Rocha, Fernando (Portugal) y Balak, Amit (Israel). Eliminaron por faltas personales al visitante Janis Timma (min. 40).
incidencias. Partido correspondiente a la primera jornada de la Euroliga disputado en el Heraklion Arena de Creta ante 4.000 espectadores. El choque se disputó en esta cancha debido a la sanción de cierre por una jornada del Pabellón de la Paz y la Amistad de El Pireo por parte de la Euroliga, debido a los incidentes que protagonizaron los seguidores locales en la última jornada de la temporada pasada ante el Efes.
Al Baskonia se le presenta un trecho inmenso de mejora para acercarse a lo que quiere ser. Sin embargo, el derrumbe ante el Gran Canaria y la derrota de este jueves muestran que tiene serias complicaciones para encontrar un depósito mínimo de estabilidad baloncestística para mantenerse en pie cuando se topa con pedernales de la talla de los que se han cruzado en su camino en los dos últimos encuentros. Volverán los lesionados, se acumularán las horas de entrenamiento en busca de la conjunción y Pablo Prigioni avanzará en la práctica del complejo y duro oficio de entrenador y afilará sus reflejos. Mientras tanto, el conjunto vitoriano necesita encontrar cuanto antes la fórmula para disimular sus imperfecciones, endurecer su gesto y ampliar su crédito con victorias.
De paso, también conviene ganar el mayor número de efectivos posible para la causa. Este Baskonia se encuentra marcado por las ausencias por lesión, pero también por el mal de la incomparecencia. No puede vivir de manera exclusiva del empuje individual de Jayson Granger y Tornike Shengelia, de nuevo pilares ofensivos ante el Olympiacos hasta la incorporación tardía de Marcelinho Huertas y Johannes Voigtmann. Tampoco la entrega de Ilimane Diop es un depósito suficiente de energía que garantice la supervivencia. Se precisa mucho más de un Janis Timma este jueves casi desaparecido o del timonel brasileño, tímido y carente de iniciativa, con la sensación de verse superado por el fragor del encuentro durante demasiados minutos.
Pero más allá de los dispares rendimientos individuales, el conjunto azulgrana muestra una ineficiencia defensiva que precisa de una rectificación inmediata. Entre la descoordinación generalizada, el Olympiacos aprovechó con suma facilidad el sistema de cambios automáticos, el mismo que obliga a grandes dosis de solidaridad y coordinación, y la permisividad reboteadora de los vitorianos. Lo hizo en el arranque con Milutinov, emperador de la pintura en un primer cuarto en el que el Baskonia arrancó con cierto ánimo de redención para caer pronto en el ritmo de juego heleno (16-12, minuto 10). La entrada de Vildoza y Delfino en el arranque del segundo cuarto debilitó las fuerzas de un cuadro baskonista ya muy justo de baloncesto.
El despegue lento pero constante del Olympiacos se impondría a medida que avanzaba el choque. El Baskonia consideró un mal menor alcanzar el descanso con un 41-33, se vio de nuevo rezagado (47-35, minuto 23) para después volver a acercarse con un parcial de 4-10 (51-46, minuto 26).
Pudo ser el inicio de la rehabilitación, pero el Olympiacos se mostró como un plantel imperturbable. La cuarta falta de Ilimane Diop restó pegada a los azulgranas, un triple de Dimitris Agravanis activó la alerta en las filas griegas, una pérdida de balón de Jannis Timma volvió a atacar de los nervios a los azulgranas. El Olympiacos cerraba la tercera entrega con otra renta cómoda (60-49). Los azulgranas volvieron a la carga con el único triple de Timma y una canasta doble de Shengelia (60-54, minuto 32). De nuevo una rendija se entreabría, pero el portazo del anfitrión volvió a ser devastador con un parcial de 10-0 (70-54, minuto 35) del que ya no se levantaría el Baskonia.
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