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Más largo que un día sin pan. Nuestras abuelas no tenían Twitter, pero eran capaces de resumir cualquier asunto en mucho menos de 140 caráctéres. Meter baza en el corrillo de la plaza tenía su técnica. La llegada de Youssoupha Fall (2'21) al Baskonia ... la habrían amortizado con el conocido chascarrillo popular. Aunque luego vendría el inevitable 'pues yo recuerdo otro que..'. Eso sí que es un buen trending topic. Y no les faltaría razón, Fall (Dakar, Senegal, 1995) es el jugador más alto en la historia del Baskonia, aunque hay otros 'pequeñines' que han dejado buena huella en el Buesa.
Tibor Pleiss, 2'18, era hasta la fecha el techo del Buesa. En realidad el holandés Serge Zwikker, 2'19, que solo participó en 10 encuentros. El alemán firmó en verano de 2012. Venía de brillar en el Bamberg. Con los bávaros ganó dos Bundesligas y disputó la Euroliga. Dos años después se marchó al Barcelona, de ahí a la NBA -no cuajó- y regresó a Turquía y al Valencia, que le ha cortado a final de temporada. Está lesionado y sigue sin encontrar equipo.
Un centímetro más corto es Stanko Barac (2'17). El de Mostar fue el hombre llamado a sustituir a Tiago Splitter. Fichado en 2007, estuvo cedido en Valencia, y en 2010 con la marcha del brasileño heredó la zona azulgrana. Sus números no eran malos, pero la sombra de Tiago resultó excesiva. Traspasado al Efes disputó otros tres años de Euroliga. Luego recaló en el Cedevita y en el Milan antes de colgar las botas.
El que sigue muy vivo en la memoria es Andrew Betts. También de 2'17, el interior británico fue parte del equipo que ganó la Copa de 2004 en Sevilla y que logró el subcampeonato europeo en 2005. También dejó un buen recuerdo Mirza Begic, 2'16. El esloveno, nacido en Bosnia, llegó a Vitoria a mediados de la temporada 2014-15. Era uno de los nombres conocidos en el continente tras bordarlo en el Zalgiris y en el Madrid. Muchos le recuerdan por su calidad humana. Se fue en verano tras firmar por los Pelicans, pero nunca debutó y terminó en el Bilbao Basket. El año pasado jugó en Irán. Cosas de la vida.
Ser muy alto, que nadie se engañe, es una gran ventaja en el baloncesto. Algunos pívot que despuntan hoy ni se habían planteado jugar hace pocos años. Walter Tavares, por ejemplo. Pero tampoco garantiza nada.
Las torres que todos tenemos en la memoria no triunfaron solo por su talla. El baloncesto europeo ha producido antes jugadores de la misma altura que el joven senegalés. Era su calidad, no su tamaño lo que les hizo grandes. Arvidas Sabonis, Roberto Dueñas, Boban Marjnovic y Vladimir Tkachenko miden 2'21. El madrileño es el español más alto que ha jugado profesionalmente. Ganó una Euroliga, seis ligas ACB, dos copas y una Korac.
Por cierto, ninguno de ellos es el techo del continente. El montenegrino Slavko Vraneš, 2'30, tiene ese record. En la NBA, Gheorghe Mureçan y el inolvidable Manute Bol, 2'31, peinaban las nubes.
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