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Carlos Pérez de Arrilucea
Domingo, 18 de junio 2017, 20:04
Tras cuatro temporadas de difícil maduración como jugador del Baskonia, Adam Hanga está preparado para dar el último paso hacia su gran sueño profesional; jugar ... en la NBA. El pasillo está abierto para que la próxima temporada debute en la mejor competición mundial como jugador de los San Antonio Spurs. La franquicia tejana le quiere y el jugador tiene prácticamente tomada la decisión de aterrizar en un equipo siempre decidido a explotar el talento que despunta en Europa.
Si no media un sorprendente giro en los acontecimientos, su fichaje adquirirá rango de oficialidad a primeros de julio, una vez que se abra el mercado de agentes libres en la NBA. De ser uno de los jugadores más cotizados en el Viejo Continente, Adam Hanga pasará a ser un rookie a sus 28 años, obligado a buscarse sus minutos en la rotación exterior de un equipo comandando por un sabio de la talla de Gregg Popovich. Los Spurs necesitan savia nueva para reducir la media de edad de un plantel en el que Manu Ginobili, a punto de cumplir 40 años, medita la posibilidad de la retirada y en el que Tony Parker (35 años) deberá esperar hasta enero para volver a las canchas, tiempo para recuperarse de la rotura en el tendón del cuádriceps izquierdo sufrida en los pasados play off de la NBA. En los planes de San Antonio, no será el húngaro el salvador ni la contratación más rutilante del verano. De hecho, buscan un base de primera línea para capear la ausencia del astro francés y es Chris Paul uno de los nombres con los que se ha especulado en el inicio del verano. Puede que sea éste el movimiento en el que los Spurs se gasten una parte importante de la masa salarial disponible para este verano.
En la NBA, los nuevos contratos de televisión firmados hace más de un año han propiciado una escalada superlativa en el dinero a gastar en jugadores. Sin embargo, no hay suficiente para que todos los recién llegados se conviertan en multimillonarios de la noche a la mañana. De hecho, el caso de Adam Hanga es el vivo ejemplo de que, para cumplir un sueño, en ocasiones hay que sacrificar poder adquisitivo.
Perder para ganar
Según ha podido confirmar este periódico, hay una seria posibilidad de que el magiar pierda dinero al cruzar el Atlántico para instalarse en el estado de Texas. El contrato que barajan los Spurs para el alero de Budapest sería de dos temporadas garantizadas con un sueldo en la primera que apenas superaría el medio millón de dólares, aunque con un incremento sustancial del salario en el segundo curso. Son cantidades nada desdeñables, pero con las que pueden competir las propuestas que ha recibido por parte de varios clubes europeos. Una de ellas ha sido la del Baskonia, que le ofreció la renovación por tres temporadas y a la que no ha habido respuesta afirmativa. Su nombre también ha hecho que Real Madrid y Barcelona hayan movido ficha para tentarlo. Todos, sin éxito hasta el momento y con serias opciones de que siga así.
La gran ventaja para Adam Hanga es que le restan días para concluir su contrato con el Baskonia, lo cual evita la obligación de abonar compensación económica alguna a la entidad azulgrana. Su condición de jugador libre le sitúa en una posición favorable para obtener la máxima rentabilidad de su próximo contrato profesional.
Sin embargo, todo hace indicar que, sin ser nunca deseñables, los aspectos económicos no son la prioridad de Adam Hanga a la hora de elegir nuevo destino. Su vínculo con los Spurs nació en el draft de 2011, cuando le eligieron en el puesto 59, el penúltimo de la segunda ronda. Entonces, el exterior se disponía a comenzar su andadura como jugador del Manresa, desde donde aterrizaría en el Baskonia en el verano de 2013. Parecía una elección perdida para los Spurs hasta que Hanga comenzó a asentarse como referencia en la Euroliga a las órdenes de Velimir Perasovic en el tercero de los cuatro años de contrato que firmó con la entidad vitoriana. El suyo fue un florecimiento tardío como baskonista, tras una primera campaña de complicada aclimatación (2013-14) y un posterior ejercicio de cesión en Italia con el Sidigas Avellino. Entonces, el Baskonia casi lo daba como una apuesta fallida hasta que Velimir Perasovic se cruzó en su camino para después consolidar su valía bajo la dirección de Sito Alonso. Ahora, el futuro se abre de par en par. Hanga podría quedarse en Vitoria o ser un referente en cualquier equipo de la élite europea, pero quiere cumplir su sueño NBA. Cueste lo que cueste.
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