Esta vez un Baskonia muy centrado, sin desfallecimientos, consiguió anoche una contundente victoria (90-70), con lo que deja la eliminatoria empatada y pendiente de lo que pueda suceder en la Fuente de San Luis valenciana. Los tiempos iniciales del choque llevaron la misma inercia ... que el martes. Ventajas cortas que enseguida se recuperaban; igualdad mientras pasaban los minutos. Pero esta vez, a diferencia del primer choque, los de Sito Alonso no decayeron. Al contrario, donde en el primer día hubo decaimiento, esta vez fue una explosión de acierto a la cual el Valencia no ofreció ninguna resistencia. Un final sorprendentemente plácido.
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Para que sucediese esto, por parte baskonista pasaron muchas cosas. Por un lado, la puesta en escena fue notable, decididos sus jugadores a llevar la iniciativa. La frescura y capacidad que aportó Ricky Ledo ayudó mucho. Compensó con creces la carga que llevan encima hombres fundamentales como Shengelia y Beaubois, que no consiguen su mejor nivel. Un plus que el equipo va a agradecer, porque la visualización del cansancio es ya muy evidente en el grupo. Por otro lado, una defensa muy activa y el absoluto dominio del rebote puso el balón en las manos locales en cada opción, lo que permitió a los baskonistas vivir el juego con pocas segundas opciones para el rival.
Permitió, además, controlar los ritmos del juego, una situación en la que Larkin y compañía se encuentran muy cómodos. Así poder huir de la ansiedad y esperar con orden sus mejores oportunidades. Evidentemente, se corrigieron los defectos del primer enfrentamiento y el Baskonia se reconoció más en el conjunto competitivo al que hay que ganar, que tan buenas cosas ha realizado esta temporada. Contra esto, los de Pedro Martínez no tuvieron respuestas. Los valencianos fueron un equipo muy diferente al del martes. Si los de casa aprovecharon con efectividad el factor Ledo, los visitantes no encontraron esta vez el San Emeterio de turno que les sacase del atasco.
Mañana, ya con la semifinal en Valencia, será otra cosa. No es difícil predecir otro enfrentamiento largo e igualado. Tanto el Baskonia como el Valencia son dos buenos equipos, con mucho que ofrecer. A partir de ahora, en cada encuentro el esfuerzo realizado va a ir pesando como una losa, y no hay tiempo para el lamento. Solo vale ganar, lo de ayer ya es historia.
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Lo importante está ahí mismo, mañana, y esto es lo que cuenta, porque si no, te vas a casa. El que sepa ofrecer su mejor versión de baloncesto, a pesar del desgaste, ganará y estará en la final de la Liga ACB . Hoy más que nunca tiene sentido eso que los valencianos llaman cultura del esfuerzo y los vitorianos, carácter baskonia.
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