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IÑIGO MIÑÓN
Viernes, 21 de abril 2017, 18:58
La expedición baskonista volvió de Rusia con un lastre de rabia e impotencia en su equipaje. Rabia por el fondo, una derrota que pudo ser victoria en ambos compromisos; impotencia por la forma, un «diferente criterio» arbitral que Sito Alonso denunció en la rueda de ... prensa oficial de la Euroliga. La queja azulgrana no enfocaba tanto a la última jugada, esa falta de Laprovittola sobre Hines que, si bien puede ser considerada como tal, seguramente no habría tenido el mismo desenlace en la otra canasta; sino a una doble vara de medir que, a su juicio, mina las opciones de un equipo según allana las del otro. Lo que el entrenador baskonista resumió como «la diferencia en los contactos».
«En momentos muy importantes del partido ellos iban a la línea de tiros libres con demasiada facilidad», ilustró Sito Alonso. El CSKA fue 29 veces y el Baskonia lo hizo en 15 ocasiones, la mitad (el martes la diferencia fue de 31-23). «Hay una penetración de Jackson en la que Diop intenta ayudar pero no puede porque es agarrado por Augustine», prosiguió el técnico. «Y los tres segundos en zona condicionan mucho el rebote. Kurbanov, por ejemplo, ha estado diez segundos, no ha recibido el balón pero después ha cogido el rebote. Estas cosas son importantes cuando trabajas en defensa», precisó.
El tapón legal de Adam Hanga que el árbitro concede como canasta, la falta no pitada de Teodosic en una canasta fundamental de Jackson o las técnicas señaladas al siempre calmado Kim Tillie o el propio Sito Alonso son otros matices que enfadan al baskonismo. «Cuando protestas de esa manera airada es normal que te piten una técnica, pero la protesta era totalmente justificada», apuntó el propio entrenador baskonista, consciente de que esos mismos gestos en el banquillo de al lado, el del gesticulante Itoudis, no conllevaron el mismo castigo.
«El mismo para los dos»
Pequeñas trampas continuas que condicionan un partido. «Hay que tener un respeto grande hacia los dos, para que lo deportivo sea lo que prime. El mismo respeto para los dos equipos. Sentimos que a veces no lo estamos recibiendo igual y tenemos que hacer el doble esfuerzo para hacer las mismas cosas. No hemos competido de la misma manera», lamentó el técnico azulgrana. La respuesta de Itoudis no se hizo esperar: «¿Respeto? Nosotros también nos lo merecemos», zanjó el entrenador griego, que apuntó el «levantamiento de manos en defensa» como uno de los factores claves para que el Baskonia regresara al partido después de ir perdiendo por 17 puntos en el tercer cuarto.
La batalla de Vitoria, prevista para el martes a las 21.00 horas, empezó el jueves en Moscú. En la cancha y en la sala de prensa, donde Itoudis trata de hacer valer su mayor jerarquía técnica sobre Sito Alonso. El campeón contra un debutante. Otro duelo caliente del CSKA en el Buesa Arena, donde el gigante ruso ha escrito algunos capítulos jugosos, tanto de baloncesto como de polémica, aliñada con algunos excesos verbales.
En el enfrentamiento de la pasada temporada, en el Top 16, el Baskonia de Perasovic se impuso en un duelo áspero (81-71) que terminó con el desfile de un Teodosic expulsado por sus continuas protestas, entre gestos altaneros del jugador y la estruendosa pitada de la grada. El prólogo a la larga diatriba de Itoudis, que criticó lo que él consideraba un cambiante criterio arbitral y apeló al famoso símil de la «lucha libre» para definir la defensa vitoriana.
«De cien faltas que hicieron ellos (el Baskonia), solo se señalaron cuarenta en realidad fueron 19. Soy el primero que reconoce cuando mi equipo cae derrotado, pero esto no ha sido un partido, ha sido una batalla. No se compitió talento contra talento, sino que se compensó con faltas», clamó entonces el técnico griego, acostumbrado a jugar sus bazas dentro y fuera de la cancha. El año pasado también censuró la dura defensa del Olympiacos y se encontró con la respuesta de Giannis Sfairopoulos, muy crítico con «entrenadores, jugadores y directivos que manipulan a los árbitros antes de los partidos».
Jugadores charlatanes
Nada nuevo en el contexto del CSKA, que trata de imponer su poderío económico y deportivo a todos los niveles. Hace dos años Teodosic ya fue sancionado con 2.000 euros por insultar a uno de los árbitros que dirigieron el encuentro entre el conjunto moscovita y el Fenerbahce; y las conversaciones de Nando de Colo con los colegiados en los dos primeros partidos de la serie ante el Baskonia han sido una constante.
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