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Carlos Pérez de Arrilucea
Jueves, 13 de abril 2017, 23:33
Ya es tradición en los últimos años. El calendario baloncestístico también se cuela en las festividades de Semana Santa. El Baskonia labora hoy en Viernes Santo y se recluye en el Buesa Arena para recibir al Gran Canaria en el duelo que abre una jornada ... ACB que se extenderá hasta el lunes. Para entonces, los azulgranas volarán a Moscú para comenzar un día después la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga en la cancha del CSKA. Las obligaciones se ordenan y no debería haber espacio para guardar fuerzas. El equipo de Sito Alonso se mide hoy a un rival que impone la máxima dedicación. No es un trámite ni un entrante previo a los play off continentales. Se trata de una nueva llamada al ascensor que lleva a los cuatro primeros puestos de la ACB.
El atasco se mantiene en la zona alta, con los vitorianos en la quinta posición y los canarios un puesto por debajo, pero ambos igualados a 18 victorias. El choque de esta noche será de desempate y puede acercar al vencedor a la zona que da derecho a la ventaja de campo, al menos, en la primera ronda de los cruces ligueros. De hecho, un resultado positivo garantiza a los vitorianos su presencia en ellos de forma matemática. Mientras, el liderato es un botín aún sin dueño claro, con el Real Madrid ahora en cabeza empatado a 19 victorias con el Valencia Basket, que desaprovechó su partido pendiente en la cancha del Bilbao Basket.
La acumulación de compromisos continentales de todo tipo alimenta la igualdad en la Liga ACB en un momento de la temporada en el que la tensión se acrecienta. Nadie parece disponer del don de la constancia, aunque hoy el Baskonia debería ser un equipo concentrado y pleno de fuerzas. Ha habido tiempo para recuperar los músculos y la mente después del varapalo que supuso la derrota del domingo en la pista del Real Madrid. A lo largo de la semana, Sito Alonso ha pedido a sus jugadores un punto más de agresividad. Dureza aliada con más oficio para llevarse partidos como el disputado y perdido en los segundos finales ante los blancos.
Al fin y al cabo es el tipo de encuentro que quizás predomine en lo que resta de campaña. Pulsos en los que el acierto da paso a la refriega muscular; la destrucción por encima del virtuosismo. La calidad y el talento seguirán siendo un valor diferencial, pero todo será más intrincado y costará más sudor. El Gran Canaria bien puede plantear una batalla dado su sello de equipo compacto, donde las responsabilidades y los méritos se reparten. En el conjunto que dirige Luis Casimiro no hay estrellas rutilantes. El timón se lleva mano a mano entre Bo McCalebb y Albert Oliver; Eulis Báez sigue un curso más como mente pensante en la pintura, escoltado por Pablo Aguilar, Richard Hendrix o el exbaskonista Darko Planinic. En el perímetro, Kyle Kuric pone la puntería y Royce ONeal, Sasu Salin, Xavi Rabaseda y Oriol Paulí, el esfuerzo defensivo.
Recuperar sensaciones
Antes de viajar a Moscú, también le convendría al equipo baskonista recuperar sensaciones y confianza después de las dos últimas derrotas ante el Zalgiris y el Real Madrid. Muy distintos en fondo y forma, son dos resultados que, al fin y al cabo, han frenado la progresión de una escuadra que, si todo va sobre el plan previsto, recuperará por fin a Tornike Shengelia. La gripe dejó fuera de circulación en las últimas dos derrotas al georgiano. Su reincorporación es una promesa de mayor equilibrio y vitalidad, una pieza que ayuda a reordenar un juego interior en el que, un partido más, sigue sin Andrea Bargnani. El italiano se mantiene en la sombra, sin novedades al respecto ni atisbo aparente de volver a la disciplina de juego de un equipo que hace semanas que se ha acostumbrado a caminar sin él por las dos competiciones en curso.
En las filas canarias también hay hambre por recuperar la senda correcta hacia la consecución de un puesto entre los cuatro primeros al cierre de la fase regular de la Liga Endesa. Su derrota de la pasada jornada en la cancha del Joventut truncó una brillante racha de ocho victorias de un Gran Canaria que, durante este intervalo fue capaz de doblegar a oponentes de peso como el Barcelona, Real Madrid, Unicaja o Iberostar Tenerife.
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