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CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA
Viernes, 4 de noviembre 2016, 00:23
El Baskonia puede llenarse de razones, con base fundamentada, para decir que fue capaz de mostrarse competitivo ante la terrible exigencia de la semana pasada. Sin embargo, los resultados mandan y el conjunto azulgrana acumula dos derrotas consecutivas, frente al Olympiacos y el Unicaja, ... una racha que conviene frenar cuanto antes. De nuevo en la batalla continental, el conjunto vitoriano viajó ayer a Belgrado tras unas jornadas previas en las que pudo centrarse en la labor de entrenar sin que mediara compromiso competitivo alguno. En el pasaje, hubo asiento asignado para Adam Hanga, baja ante los malagueños y listo de nuevo para la acción, pero no se cursó billete alguno para Andrea Bargnani.
El pívot italiano no jugará esta noche en la cancha del Estrella Roja, como tampoco lo ha hecho en los cuatro partidos precedentes. Persisten sus molestias en el gemelo y continúa esa atmósfera inquietante respecto al papel de un jugador llamado a ser uno de los referentes de la temporada y que, de momento, sigue amarrado a la enfermería. Sin actualización médica alguna, cabe preguntarse hasta dónde puede llegar la paciencia de un club baskonista que no suele llevar demasiado bien ausencias tan alargadas debido a lo que, hasta nuevo parte médico, son molestias.
En cualquier caso, los cuatro últimos choques han servido al equipo de Sito Alonso para desprenderse de cualquier síntoma de dependencia de Andrea Bargnani. Su facilidad anotadora puede que se eche en falta, pero el Baskonia sigue adelante sin él y esta noche pone a prueba su solidez en el Kombank Arena, célebre por sus medidas gigantescas y por la estridencia sonora de la bulliciosa hinchada del Estrella Roja. El equipo serbio se parapeta en su guarida. Es donde se siente fuerte y el lugar en el que ha forjado su ascenso constante hacia el primer plano continental durante las últimas temporadas. Los azulgranas ajustan sus pulsaciones para someterse a una sesión que, en principio, promete emociones fuertes desde la grada y que, sobre la cancha, presenta una roca que desmenuzar a golpe de pico y pala.
El Baskonia y el Estrella Roja chocan esta noche con un balance idéntico de dos victorias en lo que va de Euroliga y dos estilos contrapuestos. Mientras los azulgranas destilan vitalidad ofensiva, el conjunto serbio mantiene ese sello defensivo que esculpe el técnico Dejan Radonjic. Los balcánicos son el segundo equipo de la competición que menos puntos permite a su rival (72,8), un dato muy inferior al que registran los alaveses en este apartado estadístico (86).
Estreno de Budinger
Un Baskonia en constante reajuste. Con Rodrigue Beaubois recién incorporado y Chase Budinger listo para su debut, la escuadra vitoriana pelea hoy contra un rival que maquilla sus posibles limitaciones con una marcada conjura grupal. El Estrella Roja rezuma unidad de acción y una idea clara de juego en la que destacan la capacidad organizativa de Stefan Jovic, la fuerza interior de Ognjen Kuzmic y Milko Bjelica y el talento de exteriores como Marko Guduric o Charles Jenkins.
Son puntales de calidad dentro de un grupo disciplinado de jugadores es baja Rebic, todavía más duro cuando compite al calor de su afición. Ya le tocó sufrir el Kombank Arena al Barcelona (76-65), aunque el Darussafaka ya demostró en la primera jornada que no es imbatible (70-73). Al plantel alavés le toca ajustar el casco de minero para intentar recupera el pulso ganador.
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