![La nueva obra del Baskonia](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/noticias/201610/18/media/cortadas/baskonia-analisis-kTRF-U203635041935N1-575x323@El%20Correo.jpg)
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juanjo brizuela
Martes, 18 de octubre 2016, 08:19
El miedo a la hoja en blanco es ese momento previo al proceso creativo que una autor puede sentir al iniciar una nueva obra, sea escrita, pictórica o de cualquier otra índole. Como tal, una nueva creación surge de la nada, solamente de un pensamiento, una visión, una idea. Un folio en blanco, un lienzo, un concepto y a trabajar. Nos produce a veces tanto miedo o más el vacío como el recuerdo pasado y las sensaciones vividas tras una obra anterior. ¿Seremos capaces de repetir el éxito pretérito? Miramos atrás con añoranza a los resultados y a la satisfacción obtenida, pero esa sensación se entremezcla el temor al futuro. ¿Estaremos a la altura de lo que se espera de nosotros?
Porque tras una temporada que pasó a la historia del Baskonia a caballo entre la alegría del juego y los triunfos y la sorpresa de lo que un grupo humano era capaz de lograr, poco quedó a partir de aquel 11 de junio. Jugadores que salían de la disciplina baskonista y un sinfín de preguntas a las que no se encontraba aún respuesta: ¿Qué pasará la temporada que viene? ¿Seguiremos en esta línea? ¿Habrá que reinvetarse de nuevo?
El miedo a la hoja en blanco al final no lo fue tanto porque algunas de las piezas seguían apareciendo en el guión de esta temporada (Blazic, Hanga, Tillie, Diop, Shengelia) y porque además, desde el silencioso trabajo de la secretaría técnica, día tras día aparecían de nuevo nombres que saltaban a la escena. Algunos de ellos con cierto halo de agradable sorpresa: Larkin, Beauvois y Bargnani, especialmente. En realidad, la primera línea en ese folio por escribir fue la pieza que lleva el encargo de hacer de un grupo de jugadores, un equipo: Sito Alonso; un entrenador que pronto dejó de ser uno de los discípulos más aventajados de Aíto García Reneses para convertirse en un nombre propio en la Liga ACB relacionado con un baloncesto más avanzado, innovador, lleno de matices tácticos y con una capacidad competitiva en sus equipos tal que logró poner en apuros en muchos partidos a más de un equipo grande, Baskonia incluido.
Identidad
La primera tarea de este orfebre fue la de definir la identidad de este equipo, la idea que guiará el camino al talento aportado, al físico necesario para un duro año de competición y el trabajo diario. De hecho, Sito Alonso desde el inicio ya marcó su eje central: «El baloncesto debe ser primero emocional y después racional», declaró. Una firme declaración de intenciones a quien se incorporase a la disciplina del equipo y un mensaje firme para la afición.
Con una pretemporada más pretemporada que nunca, entre lesiones, nuevas incorporaciones y jóvenes para completar el roster, y los primeros partidos de competición, ya se empieza a reconocer el estilo del equipo: la «emoción» de la que habló Sito Alonso nace desde la primera línea de defensa y la obligada intención de salir rápido en contraataque en cuanto el equipo tiene la posesión. Defender desde el 1x1 para provocar retardar las decisiones de ataque del rival, buscar el error del contrario en la línea de pase para recuperar rápido y ahí una explosión de ritmo, intensidad y juego en carrera para llegar cuanto antes al campo contrario. Y esto no es cuestión sólo de Larkin y Luz, sino que es frecuente ya ver subir el balón en transición a Hanga, Blazic, y Akognon en estos momentos. Ritmo al que ya estamos acostumbrados por estos lares y que es una amenaza constante para el equilibrio del equipo rival. Lo vimos en Barcelona en el partido de la Liga Endesa, lo sufrió el Anadolu Efes en Vitoria y también este pasado domingo frente al Morabanc Andorra.
La «razón» del baloncesto de Sito Alonso va apareciendo, con lógica por otro lado, con el paso de los partidos y lo veremos aún más cuando el Baskonia recupere al resto de sus jugadores. El manido debate entre si un entrenador impone sus normas o más bien, el entrenador se adapta a los jugadores que tiene, vemos en este Baskonia unas primeras intenciones que avalan este argumento: un entrenador que pone sobre el campo aquellos argumentos que sacan máximo partido al rendimiento de sus hombres. Todo nace, parece, desde Bargnani. Un lujo para Baskonia, un lujo para la Liga y una estrella más para la nueva Euroliga.
Cuestionar las normas es algo que conlleva el proceso creativo, así que la propuesta de esta Baskonia 2016-17 pasa por ver a Bargnani jugando de 5 y aprovechar al máximo la enorme versatilidad del resto de sus compañeros. 'Il Mago' vuelve a Europa en un puesto que puede ser diferencial para el Baskonia y especialmente positivo para él y crítico para sus rivales. Bargnani llegó a la NBA en el momento donde la figura del '4 abierto' cobraba protagonismo, donde fue comparado con Nowitzki e incluso con su compañero Garbajosa en Toronto. Aquí y ahora, en Baskonia, lo interesante de esta apuesta no es tanto el rol tradicional de ese puesto sino sacar la máxima eficacia del talento del italiano desde el 5 jugando de cara y la capacidad de generar peligro del resto de sus compañeros. Así el juego de Baskonia se está caracterizando por ver a los 5 jugadores abiertos desde fuera de la línea de 3 puntos, con Bargnani en el arco central y a partir de ahí, generar el espacio libre en el centro de la zona mediante el juego sin balón entre 2 e incluso 3 hombres al mismo tiempo, la circulación del balón de lado a lado del campo y aprovechar las ventajas del 1x1 de nuestros pequeños, sobre todo Larkin, y también, otra fortaleza más, de jugadores como Hanga, Blazic y Shengelia en su juego de fuera a dentro. Para los aficionados al juego sin balón una delicia, para el Baskonia una enorme ventaja porque cualquier jugador es capaz de generarse su propio tiro, hasta Voigtmann, y permite además el juego físico de nuestros 3 y 4 (Blazic, Hanga y Shengelia), desde el bote. Para el equipo rival, un dolor de cabeza para buscar la mejor solución defensiva.
Plantilla joven
«Vi al ángel en el mármol y tallé hasta que lo dejé en libertad», decía el célebre artista italiano Miguel Angel Buonarroti. Una pieza de mármol que está compuesta por una de las plantillas más jóvenes de la liga y con menos experiencia en la misma. Una labor cuando menos dura para un club con las máximas aspiraciones y más en esta temporada histórica con el nuevo formato de la Euroliga, donde sólo 16 selectos clubs de europa tomarán parte de la misma. Una labor de esculpir un grupo al que hay que sacar todo su potencial y elevarlo al máximo nivel de competitividad. La hoja en blanco de este Baskonia 2016-17 no ha hecho sino comenzar a escribir sus primeras frases. Queda por incorporar a Tillie, importante sobre todo por su presencia física en rebote y transición; a Beaubois, puro talento exterior que puede jugar en dos posiciones y una nueva figura que se determinará a medida que vayan mostrando las bondades y debilidades de este equipo y por tanto cómo complementarlo para o potenciarlo (un exterior) o mitigarlo (un interior). Queda que en ese diario tallar de la figura de mármol que explicaba Miguel Angel, comience a aflorar las bondades de esta nueva obra de Baskonia.
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