Cita a ciegas en Zaragoza

Con un roster más ajustado en número de jugadores importantes, la franquicia aragonesa surca aguas inestables. Por una parte puede asumir cierta ventaja porque los Bellas, García, Benzing, Norel, Fotu o Jelovac actúen con la inercia de la memoria residual. «Es su bloque más importante», apunta Carles Duran, que avanza que su grupo va «con la máxima ilusión y respeto. Si hemos ganado en Fuenlabrada por qué no ganar también en Zaragoza». Para fortalecer su fe, el técnico de Miribilla apela a que le gusta lo que ve. «La imagen me está encantando. El equipo no ha variado mucho de Fuenlabrada a hoy (viernes) y espero que siga igual. Hay ciertas cosas que no hemos dejado de hacer. Los jugadores pueden dudar y el hecho de ganar te da confianza para reforzar las normas. Estamos teniendo un estilo muy parecido y es el que me gusta».

Cuando fue preguntado por el Tecnyconta después de sumar la segunda muesca liguera, reconoció que aún no le había visto en acción. «Ahora le veremos», comentó ya que el Unicaja-Zaragoza se disputaba como cierre de la jornada. Y siguió valorando lo positivo de sus hombres de cara a la visita al Príncipe Felipe. «Hay las cosas normales de un equipo que entrena duro», dijo sobre el estado físico de la tropa. «En peores momentos hemos estado. Hicimos un gran trabajo en pretemporada con Álex y Axel porque había que mimarlos y lo seguiremos haciendo. Por eso, la gente joven nos da mucho en entrenar bien y cuando salen a la pista. Estamos en una línea muy buena. A ver si seguimos así».

Será la octava visita del Dominion a la capital zaragozana, todas las anteriores con el anfitrión bajo la identidad de CAI, que no ha desaparecido de su pool de patrocinadores. Se trata de una pista, la del Príncipe Felipe, en la que los vizcaínos se sienten inspirados en partidos que se mueven en marcadores ajustados. Nunca ha superado la barrera de los 74 puntos, registro realmente escaso. Sin embargo le ha bastado para ganar en cuatro ocasiones anotando 70, 74, 62 y 71 puntos. Curioso.

En las dos jornadas disputadas los números dicen que el Bilbao Basket trabaja mejor su producción en la pintura y su banquillo es notablemente más eficaz, mientras los maños facturan más al contragolpe. Una virtud del Dominion es que ha evitado las desconexiones. Sus picos más bajos se limitaron a parciales de 0-10 y 0-7 y nunca cedió en el luminoso más de ocho puntos al rival.