Carlos Pérez de Arrilucea
Lunes, 30 de mayo 2016, 23:09
El Baskonia acumula un buen puñado de vivencias intensas e inolvidables a lo largo de la presente temporada. Las hazañas continentales, las jornadas de Berlín, aquel fin de semana de reivindicación en la Copa del Rey de A Coruña son estampas de un contundente relato ... de reivindicación azulgrana. El equipo enfila ya la recta final del curso, pero nadie quiere que esto acabe. Aún es demasiado pronto para un colectivo y una afición que buscan aún una presa a la que hincar el diente antes de que lleguen las vacaciones, las despedidas y las reconstrucciones.
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El asalto al título liguero fue la última conjura de aquel Laboral Kutxa que perdió el tren de la gloria en la Final Four de Berlín en un par de minutos finales malditos ante el Fenerbahce. Desde entonces, es un equipo que trata de sacudirse esa frustración y que intenta volver a esa versión desbordante que ha marcado su trayectoria de los últimos meses. Ya en pleno ascenso final de la temporada, el cuadro vitoriano se ha topado en la ronda de cuartos con un Gran Canaria más que incómodo. En el siempre traiconero formato corto al mejor de tres choques, los insulares han logrado forzar el desempate final, que se sirve esta noche en el Buesa Arena. La ventaja de campo se mantiene del lado de los hombres de Perasovic, pero también la presión por resolver el cruce para romper el maleficio que le ha desterrado de las semifinales en las dos campañas precedentes.
La trayectoria reciente no ha variado un ápice la consideración de alcanzar el segundo escalón de los play off como un objetivo mínimo para el club de Zurbano. Es la frontera entre un cierre de temporada con regusto desilusionante o la renovación de la licencia para seguir aspirando al último título en juego. En esta encrucijada se ha topado el Baskonia con un Gran Canaria incómodo y tenaz, dispuesto a ponerse a la altura e incluso rebasar la energía del contingente azulgrana en una serie cuyo desenlace se sirve esta noche en el Buesa Arena.
Duelo de alta tensión
La eliminatoria se juega hoy a una sola carta en un duelo de alta tensión. Estamos ante un choque de nervios para el Baskonia, pero también un momento oportuno para la recuperación de las señas de identidad, desdibujadas en los últimos encuentros. El equipo de Perasovic debe recuperar el vigor, pero, sobre todo, la constancia a la hora de aplicar su energía. Se trata de un apartado vital ante un Gran Canaria que, en el primer duelo en Vitoria, ya demostró ser capaz de agarrarse al marcador a pesar de la derrota y que en el segundo funcionó como una apisionadora frente a un Laboral Kutxa demasiado intermitente y, por momentos, decaído y poco solidario.
En el desempate, el equipo vitoriano debe demostrar que es capaz de pegar tanto o más que el Granca y que también puede volver a ese equilibrio entre la locura de Adams y el temple organizador de Bourousis. Entre los dos extremos emocionales, deben surgir más protagonistas; la verticalidad de Adam Hanga, las ráfagas anotadoras de Bertans y James, o el sacrificio de Tillie, Planinic o Ilimane Diop. ¿Quizás alguna carta escondida como Corbacho o la explosión de Shengelia y Roll? Más que nunca esta temporada, el Baskonia debe volver a ser él mismo.
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