El Laboral Kutxa rompe su racha de siete victorias seguidas en la Liga ACB perdiendo en Murcia frente al UCAM por 68-66. Posiblemente, en su peor partido de la temporada. Un encuentro extraño en su desarrollo, que también pudo ganar. El juego en sí ... fue malo por parte de los dos conjuntos, lleno de errores e imprecisiones. Tanto los levantinos como los alaveses encadenaron rachas de desaciertos continuos y ninguna de las dos formaciones supo aprovechar en su beneficio ese mal día del adversario. Unicamente el interés por el resultado final dio emoción al encuentro.
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Los baskonistas comenzaron el partido como nunca, sin tensión, lentos y sin esa chispa que les llevó a ganar con autoridad el pasado viernes al Barcelona. Esta vez, y sorprendentemente porque no es la forma habitual del comportamiento azulgrana, la defensa fue un fiasco. Sin agresividad, lenta y muy pasiva, dio demasiadas facilidades a los murcianos, tantas como para que se fueran creyendo que podían ganar. Nunca impuso el ritmo de partido que le fuese bien, Quizás en el comienzo de la segunda parte, pero duró muy poco. Aún con todo, los vitorianos llegaron a los momentos finales con posibilidades de hacerse con la victoria. No olvidemos que a falta de cuatro minutos ganaban por siete puntos (56-63). Pero su inoperancia ofensiva ayer les condenó.
Ninguno de sus jugadores de referencia, como Bourousis, Adams, Hanga, Causeur o el mismo Shengelia, dio la versión suficiente para hacer reaccionar al equipo. Y seguro que tuvo mucha influencia en este aspecto haber jugado, excelentemente además, el pasado viernes en Barcelona, día y medio antes de un partido matinal que nunca sienta bien a los alaveses. No debe de servir de excusa, pero no parece lo más adecuado programar jornadas con estos intervalos de tiempo tan cortos y esperar el mejor rendimiento de los equipos. Nos exponemos a ver contrastes como el que ayer nos ofreció hasta el momento un muy buen Baskonia.
Para los intereses generales de los alaveses, el resultado de ayer significó muy poco en la balanza negativa. Ni le apea de objetivos, ni puede poner en duda su valor. Las derrotas tenían que llegar porque el Baskonia no es un equipo imbatible. No cabe duda de que los azulgranas son más equipo que lo que se pudo contrastar en Murcia, pero no porque nos lo imaginemos sino por lo demostrado hasta ahora. Esperemos que sea simplemente un lapsus y ya esta semana volvamos a disfrutar del Laboral Kutxa habitual.
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