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Iñigo Miñón
Jueves, 21 de enero 2016, 00:56
Llega el coco al Buesa Arena. La visita del CSKA al coliseo vitoriano va camino de convertirse en un clásico. La de esta tarde es la undécima presencia del poderoso equipo moscovita en el pabellón de la Carretera de Zurbano. Con un balance abrumador a ... su favor: siete victorias visitantes por solo tres del Baskonia. Aunque el respeto es máximo entre ambos contendientes y el Laboral Kutxa ya ganó muchas posiciones en la jerarquía de rivalidades rusas cuando le ganó en la Final Four de 2005 en su propia casa.
Una rivalidad que nació en Moscú en 2004, cuando Papaloukas selló la victoria local con un antideportivo gesto de rajar el cuello a los baskonistas. Y que alcanzó otra dimensión en el Buesa hace tres temporadas, en abril de 2013, el día en el que Ettore Messina perdió su tradicional elegancia. «Si no hay tres árbitros con coraje, no salimos vivos de esta corrida. Porque esto ha sido una corrida, no un partido de baloncesto», manifestó el técnico italiano en un tono áspero y maleducado tras ganar en Vitoria el cuarto partido del play off (85-94), que llevó al CSKA a la Final Four de Londres, envuelto en una gran polémica arbitral que Josean Querejeta tachó de «problema grave» de la Euroliga.
Su homólogo moscovita, Andrei Vatutin, echó más leña al fuego e insistió en el desafortunado símil taurino de Messina para enorgullecerse de haber salido victorioso de «una corrida» en la que «matamos al toro». Y denunció el lanzamiento de objetos desde la grada del Buesa Arena, asegurando que la presión a la que se vio sometido su equipo en el OAKA ateniense fue «un jardín de infancia» en comparación con lo vivido en Vitoria, por lo que pidió a la Euroliga «hacer algo al respecto».
74-81 hace diez meses
De aquella corrida sobreviven cuatro jugadores: el baskonista Fabien Causeur y los moscovitas Teodosic, Khryapa y Aaron Jackson, que vivieron más tranquilos el duelo de la pasada temporada, hace diez meses, cuando el CSKA, con Kirilenko, se impuso al Baskonia de Ibon Navarro, que aguantó a golpes de corazón para terminar sucumbiendo en un minuto final de decisiones equivocadas (74-81). Entonces ya estaban también Adams (31 puntos), James, Shengelia, Tillie y Diop, que ya saben lo que es un partido ante el coloso ruso en el Buesa Arena.
Era la jornada 9 del Top 16 y el CSKA de Itoudis llegaba a la capital alavesa con solo dos derrotas. Como ahora, pero en 18 partidos. Y ya no volvería a ser derrotado hasta el tercer partido del play off, ante el Panathinaikos. Un coco acostumbrado a ganar que quiere agrandar su racha vitoriana.
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