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Sergio Eguía
Sábado, 15 de noviembre 2014, 00:45
Los futboleros aseguran que a entrenador nuevo, victoria segura. A algo se tiene que agarrar Ibon Navarro, que por sorpresa se ha visto a los mandos del Laboral Kutxa este jueves tras el fulminante despido del entrenador principal, Marco Crespi, tras una sonrojante derrota en casa ante Estrella Roja, rival directo ern Euroliga. El rumbo del Baskonia obviamente no es bueno, el compromiso de los jugadores insuficiente y el acierto en el tiro -especialmente desde hace una semana- muy preocupante. Y contra todo eso tiene que luchar Navarro, que toma la alternativa como primer espada, sin padrino y tras casi una década de subalterno. Por lo menos, el albero que pisará es propio y el toro que le toca lidiar tampoco parece el más peligroso, con una sola victoria en las seis jornadas ACB ya disputadas. Habrá que ver cómo responde el Buesa a la decisión de prescindir del italiano, que se ha despedido de los aficionados pidiendo perdón porque las cosas no han salido como esperaba y con una frase clarificadora: "No me gusta decir más, tengo muchas opiniones en mi cabeza. Pero conozco qué significa tener respeto y ahora no es el momento de hacer más valoraciones".
El paso al frente de Navarro será contra un técnico muy experimentado, Jaume Ponsarnau. El entrenador que ha sustituido a Sito Alonso en el Gipuzkoa Basket parece no podrá contar este sábado con Dani Díez, el mejor del GBC hasta que enfermó. El alero cedido por el Real Madrid lleva dos semnas sin entrenar por culpa de un virus y es duda.
No obstante, Ponsarnau considera que el conjunto donostiarra puede tener un punto fuerte con un juego interior en el que David Doblas y Will Hanley brillan en este inicio de temporada. El leridano ve una ventaja en sus hombres altos frente a los "polivalentes" del Laboral Kutxa. No le falta razón, el mejor pívot azulgrana, Iverson, ha encontrado su juego de la mano de un Crespi que ya no está. El resto, con una actitud dudosa, habrá que ver si responden al cambio de mando.
Cuando suba el balón al aire, el Baskonia habrá tenido en la banda a cuatro personas diferentes desde la marcha de Dusko Ivanovic. Si es conocido que no se acaba de acertar con el base desde que se fue Prigioni, no es menos evidente que algo falla en la banda. Zan Tabak, Sergio Scariolo -al que ya cubrió Navarro en dos ocasiones por ser expulsado- y Crespi han ocupado una silla caliente en la que se sienta ahora Navarro. Nadie aclara si de forma interina. De resultados como el que debe cosechar hoy depende todo.
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