Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Carlos Pérez de Arrilucea
Viernes, 12 de enero 2018, 00:24
El Buesa Arena se convierte esta noche en una mina en la que el Baskonia se interna para extraer el mineral del triunfo. Esta vez, el metal precioso estará revestido de una aleación dura como pocas. Es la coraza del Olympiacos, el perfil ... ya clásico de un equipo que, en los últimos años, ha convertido la cancha de baloncesto en un espacio irrespirable para el rival. Dureza defensiva, intensidad sin declives marcados y la genialidad de Vassilis Spanoulis y Giorgios Printezis, rodeados de una tropa poblada y disciplinada. El Olympiacos va mucho más allá de sus dos jefes. Está también la presencia interior de Nikola Milutinov y Jamel McLean -el espíritu dinamitero de un Evangelos Mantzaris que casi siempre deja heridas en la piel de los azulgranas-, el vigor muscular de Kostas Papanikolaou y Hollis Thompson.
Es una compleja amalgama que ha permitido a la escuadra griega mantenerse como colíder de la Euroliga junto al CSKA después de 16 jornadas disputadas. Es el equipo que nunca decae, por mucho que Spanoulis cargue con 35 años, una edad que puede pesar en su físico pero que sigue sin nublar su clarividencia. A la escuadra azulgrana le espera hoy un duelo de pico y pala. La minería tradicional, si es que hay otra. Con casco protector, el foco luminoso en la frente para no perderse en las galerías de un partido complejo y la predisposición a que el hollín y sudor cubran la piel.
«El Olympiacos tiene la mejor defensa del campeonato». Pedro Martínez arrancaba ayer el análisis del rival con el subrayado de la gran virtud de los griegos. El técnico azulgrana resalta la «agresividad» de un equipo que dispone de una plantilla «que les permite jugar sin miedo a las faltas». Queda por ver si finalmente, la escuadra del Pireo podrá contar con Janis Strelnieks, que viajó ayer a Vitoria aunque su concurso se mantiene en duda. Más opciones de reaparecer tiene Brian Roberts. Al igual que el letón, el estadounidense porta el cartel de director de juego, aunque el verdadero cerebro no sea otro que Spanoulis.
En las filas azulgranas, hay achaques y, según explicó el preparador catalán, ha habido jugadores que han guardado descanso en alguna de las sesiones preparatorias de los últimos tres días. La incidencia más seria es la de Luca Vildoza, con un golpe en el gemelo. El resto, estarán porque se les necesita para intentar tumbar al coloso heleno. El Baskonia trata de mantener la estabilidad en un tramo arduo del calendario continental. El Olympiacos es una nueva prueba de resistencia para un plantel vitoriano que, en jornadas previas, se ha golpeado contra el techo que impusieron rivales de gama alta como el CSKA o el Fenerbahce. Los grandes ogros de la Euroliga hicieron saltar las costuras de un conjunto vitoriano que ya había mostrado algunos síntomas de flaqueza en duelos anteriores. Hubo competitividad ante los rusos en el Buesa Arena y frente al vigente campeón en Estambul. Sin embargo, faltó precisión, temple y puede que también un poco de suerte para cambiar los pronósticos. El mismo Baskonia que libraba duelos al filo con resultado positivo terminó por caer en circunstancias similares ante moscovitas y otomanos.
El Olympiacos es otro de esos oponentes que también marcan los límites de cualquier rival. Y más cuando se trata de un aspirante como el Baskonia, que se mantiene en la novena posición de la tabla, con 9 victorias y a un solo cuerpo de distancia de la zona de ‘play off’. Los azulgranas siguen a las puertas de la nobleza, aunque también saben que es casi tan importante no perder pie en la tabla como auparse cuanto antes a un puesto entre los ocho primeros. Recién inaugurada la segunda vuelta continental, queda todavía un maratón por disputar, pero los duelos como anfitrión comienzan a adquirir una importancia capital. «Jugamos en casa. Tenemos la esperanza de dar un plus y sacar adelante el partido», remarcó Pedro Martínez, también consciente de que «no va a ser fácil porque el Olympiacos es un clarísimo aspirante a Final Four». Cualquier duelo de la presente Euroliga obliga a la perseverancia. El técnico barcelonés ve necesario un ejercicio de «consistencia» y una buena defensa, pero destaca la necesidad de que su equipo fluya también al contragolpe ante un rival que sella grietas con sabiduría cuando le abordan en el ataque estático. «El Olympiacos es un equipo al que hay que anotar puntos. Si no, al final su tela de araña es grande. Si no estás fluido en ataque, no reboteas bien y no corres es difícil ganarles».
El Baskonia necesita de su versión más compacta para romper la dinámica perdedora que arrastra ante el Olympiacos en los seis últimos enfrentamientos entre ambos equipos. En el seno de la plantilla azulgrana, hay fluctuaciones de rendimiento individual y jugadores que luchan por tener una mayor incidencia en la primera línea de combate. Son desequilibrios que pueden influir en el rendimiento colectivo del equipo aunque Pedro Martínez insiste en que «sin dar su máximo, hay jugadores que pueden ayudar al equipo».
El esfuerzo eficiente aunque sea sin brillo, siempre que haya ciertas dosis de esa brillantez tan necesaria en noches como la de hoy ante rivales de la talla del Olympiacos. «No debemos poner el foco en las individualidades sino en el trabajo del equipo y en la aportación del grupo. Tenemos un buen equipo y podemos aspirar a hacer las cosas bien. Se ha demostrado que podemos ganar a cualquier y también perder contra cualquiera», cree Pedro Martínez.
A sus 23 años, el serbio mantiene una progresión sin freno como uno de los interiores más solventes de Europa. Dotado de buena técnica y capacidad intimidadora, promedia 8,6 puntos, 5,2 rebotes y 13,1 de valoración.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.